El Pontevedra recorrerá más de 7.000 kilómetros para disputar sus partidos

Los navarros harán el doble del kilometraje del que deberían afrontar si compitiesen en el grupo II, junto a los vascos y los madrileños
Campillo y Verdú persiguen a un jugador del Izarra en el partido que ambos equipos jugaron la temporada pasada en Merkatondoa
photo_camera Campillo y Verdú persiguen a un jugador del Izarra en el partido que ambos equipos jugaron la temporada pasada en Merkatondoa

Los equipos navarros se han puesto en pie de guerra. El Izarra ha amenazado con renunciar a participar en Segunda División B. Sus vecinos vascos han manifestado su solidaridad con ellos, no exenta de interés propio (competirían frente a cuatro rivales próximos geográficamente y teóricamente menos duros que los de otras regiones).

Los cuatro conjuntos de la Comunidad Foral deberán realizar desplazamientos eternos para medirse a los seis gallegos. Solo tendrán viajes cortos cuando se enfrenten entre sí, por lo que pasarán más noches fuera de casa de las que habrían deseado para poder afrontar sus duelos ligueros, algo que sus humildes economías (sobre todo las del propio Izarra y el Mutilvera) podrían notar negativamente.

El Guijuelo es el único conjunto del grupo I que no tiene ningún desplazamiento de menos de 155 kilómetros

Sin embargo, no son los únicos. Al contrario, los largos viajes serán la tónica predominante del grupo I, en el que nadie se librará de pasar largas horas de sábado en un autocar para visitar tierras lejanas y medirse a sus rivales.

De hecho, hay once escuadras del grupo I de la competición de bronce que rebasarán la barrera de los 7.000 kilómetros: todos los gallegos, todos los navarros y el Guijuelo, un islote en el océano.

El Izarra, el conjunto que ha alzado la voz con más fuerza, deberá realizar solo 100 kilómetros más que el Guijuelo, únicamente 250 más que el Boiro, por ejemplo, o 400 más que el Pontevedra.

Los jugadores que tendrán que recorrer una distancia más larga serán los del Tudelano, que rebasarán los 8.500 kilómetros en sus 19 viajes , más del doble de los que deberían completar si estuviesen en el grupo II, junto a los madrileños y los vascos. Tudela es la localidad que ocupa el extremo oriental del grupo I. El Mutilvera también deberá cubrir más de 8.000 kilómetros.

El Albacete será la escuadra que deberá realizar viajes más largos de toda la segunda B, debido a sus diez salidas a Euskadi

De los 57 equipos de la península que jugarán en otros sectores de la Segunda División B solo el Albacete, equipo del grupo II, tendrá que recorrer más terreno que ambos cuadros navarros. El bloque manchego deberá acudir en once ocasiones a Euskadi.

A pesar de tener que cubrir más distancia total, fruto de los seis viajes a Galicia, fundamentalmente, no serán los equipos que deberán hacer más noches de hotel, factor fundamental para los clubes desde el punto de vista económico.

El Pontevedra, por ejemplo, podría tener que pernoctar en 14 de sus 19 salidas. Los desplazamientos a suelo castellanoleonés, asturiano y a Sandander ya le obligaron en la pasada campaña a dormir la noche anterior al enfrentamiento en la ciudad de destino. El club todavía no ha analizado qué hará en el partido que disputará en Ponferrada.

UN 'PRIVILEGIADO'’. Los viajes de una distancia más homogénea serán los del Valladolid B, situado en el centro geográfico del mapa de Segunda B. Es el único conjunto que no realizará ningún tránsito de más 500 kilómetros.

Por su parte, el Guijuelo no está cerca de ninguno de sus rivales, pero tampoco particularmente lejos. Su viaje más corto es de 172 kilómetros, a Valladolid. Nadie tiene que recorrer tanta distancia para acometer su desplazamiento más breve, pero pocos tienen que cubrir tan poca en su desplazamiento más largo (Guijuelo-Ferrol, 521 kilómetros).

El desplazamiento más corto de la categoría es el que acometerán los dos conjuntos vigueses. Entre el campo de O Vao, donde juega el Coruxo, y el de Barreiro, donde actúa el Celta B, situados en dos de los barrios más alejados entre sí de la ciudad olívica, hay algo más de diez kilómetros de distancia.

El desplazamiento para medirse al filial también será el más corto de la próxima campaña para el Pontevedra.

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