El Pontevedra busca la estabilidad en Burgos

El equipo granate intentará ampliar a cuatro partidos consecutivos su racha sin perder en su afán por acercarse a la zona noble de la clasificación

Álex González defiende el balón en la banda presionado por dos jugadores del Burgos. RAFA FARIÑA
photo_camera Álex González protege el balón presionado por dos jugadores del Burgos en el partido de hace dos temporadas. RAFA FARIÑA

Miguel Indurain ganó su primer Tour de Francia bajando el Tourmalet, en 1991. El fútbol, como el ciclismo, halla su grandeza en la sorpresa. Pocos aguardaban que el Pontevedra acabase la serie de tres encuentros contra rivales ubicados en puestos de promoción de ascenso con cinco puntos y ningún gol en contra. Casi nadie imaginaba que el crecimiento del equipo granate se produjese frente a los adversarios más cualificados. Así ha sido. Pero el final de la serie, denominada como Tourmalet por la prensa local, en honor al puerto más mítico y decisivo de los Pirineos franceses, reserva inesperadas sorpresas en el inicio de la bajada.

El Burgos es una de ellos. Sin presumir de la regularidad, la fiabilidad ni la brillantez de ninguno de los tres rivales anteriores, el cuadro castellano dispone de un elevado potencial que lo convierte en un peligro para su visitante.

El Burgos cuenta en sus filas con jugadores contrastados en la categoría en todas las líneas. Tiene al máximo goleador de la pasada temporada, Diego Cervero, pretendido por el Pontevedra en las últimas dos campañas, además del brillante Adrián Cruz, que lleva toda la temporada con problemas en la espalda. Es su baja o su participación intermitente la que más ha notado el bloque castellano, al que las dificultades para generar fútbol ofensivo lo han llevado a la zona baja de la tabla. Solo su triunfo contra el Rápido del pasado domingo lo ha evacuado de los puestos de descenso.

El conjunto granate intentará construir su juego sobre la solidez defensiva que le ha hecho mantener la portería a cero en los tres últimos encuentros

La irregularidad y la mayor exigencia como local del Burgos es un aliado para el Pontevedra. El cuadro de Luismi tiene la intención de que el reloj corra a su favor para alimentar los murmullos de la grada, las dudas de la parroquia que asiste al histórico campo de El Plantío, que podrían contagiar su ansiedad a sus futbolistas, complicar su trabajo y facilitar el del adversario: una sensación bien conocida en Pasarón. Ese planteamiento de limar la confianza del contrario y derrotarlo en una batalla psicológica previa a la deportiva se sostiene sobre la base de la fiabilidad defensiva de la escuadra lerezana en los últimos enfrentamientos: tres encuentros seguidos sin que a Edu le hayan marcado un gol.

En esa seguridad ha incidido el Pontevedra, cuya única baja es la de Álex Fernández. Los demás están disponibles y dispuestos a buscar la segunda victoria granate a domicilio con el fin de conducir al equipo a una confortable posición en la primera mitad de la zona clasificatoria.

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