El relato de la lucha por un sueño

Federico Wermbter contó a través de las redes sociales como era su vida en Argentina. El portero explicó como consiguió su meta de dar el salto al balonmano europeo
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photo_camera Wermbter durante un encuentro de esta temporada. GONZALO GARCÍA

El portero del Condes de Albarei Teucro, Federico Wermbter, fue esta semana uno de los protagonistas de un directo de instagram del club pontevedrés en el que contó, diversos momentos de su vida que le llevaron a estar donde está hoy y en los cuales el balonmano siempre estuvo presente. 

El argentino, que hizo el verano pasado las maletas para cumplir su sueño al otro lado del charco, explicó como era su vida en Argentina antes de volar a España y que, su pelea por hacerse un nombre en el balonmano, no fue sencilla ya que en su país "no existe una profesionalización de este deporte"

"En Argentina es muy distinto, es puro pulmón, puro amor al deporte. Uno allí en su club tiene a su grupo de amigos, tiene que entrenar y trabajar al mismo tiempo, pagarse todo. Cuando vas a jugar la gente en la grada suele ser tu familia, es un ámbito más cerrado", destacó. 

"En Argentina no existe una profesionalización de este deporte", explica

El guardameta argentino explicó que no existían los días tranquilos para él en su país natal ya que tenía que trabajar, para pagarse el gimnasio, y entrenar, un esfuerzo que valió la pena para perseguir su pasión. 

"Prioricé el tema de trabajar porque me gustaba tener mi dinero para poder pagarme el gimnasio y poder entrenar como yo quería", comenzó explicando Wermbter que aseguró que "un día normal" en sus últimos años en Argentina era "levantarme a las 6 para ir a trabajar hasta las 12 del mediodía que comía algo. De ahí me iba durante una hora y media de viaje al gimnasio donde entrenaba dos horitas. Cuando finalizaba me iba con el club a entrenar de 7 a 10 aproximadamente y llegaba a casa sobre las 12 de la noche. Comía, a dormir y de vuelta a la misma rutina". Incluso destacó que "había días que por la tarde tenía que trabajar y no podía entrenar". 

Sin embargo, todo el esfuerzo tenía un fin, que no era otro que el de conseguir volar a Europa para hacerse un hueco en el deporte que le hacía feliz; algo que ocurrió cuando fichó por el Teucro. Fede aseguró que su familia siempre supo que para conseguir su sueño tendría que salir de su país, por eso "ellos estaban preparados porque siempre fue algo que quise yo, que era mi sueño. Quería venir a Europa entonces se fueron preparando y cuando llegó el día había una mezcla de sentimientos, pero creo que predominaba la felicidad", destacó el argentino. 

DE EXTREMO A PORTERO. Otra de las anécdotas que contó Wermbter fue que la portería no siempre fue su lugar sobre la pista y que le costó bastante aceptar que tendría que ser guardameta ya que a él lo que le gustaba era jugar. 

El guardameta aseguró que la portería no siempre fue su lugar y que le costó aceptarlo

"Yo era extremo izquierdo y tenía un entrenador que decía que le gusta como paraba, que ese era mi lugar, pero yo le decía que no, que quería jugar", comenzó explicando Fede que aseguró que "tras una discusión decidí dejar el balonmano y probar otros deportes. Cuando volví había otro entrenador que me permitió seguir sobre la cancha". 

Sin embargo, a las dos semanas de su regreso "nuestro portero se lesionó y como no teníamos otro me puse yo y, a partir de ahí, no salí de bajo los palos", reafirmó el argentino al que, sin duda, no le fue nada mal en dicha posición.

Ya como guardameta, Wermbter vivió uno de sus momentos más ilusionantes en el mundo del balonmano con la selección albiceleste. El argentino fue llamado para el combinado junior en el año 2016 y, un año más tarde, viajó a Argelina para disputar el Mundial de dicha categoría. 

Tras finalizar sus años de junior el combinado absoluto fue su sueño. "Empecé en el proyecto de la absoluta y después me tocó entrar en la lista de los 30 del Mundial de Alemania", afirmó con ilusión Fede, que añadió que es "consciente de que soy bastante joven". 

Sin duda el salto a Europa fue un sueño hecho realidad para un joven Wermbter que supo luchar desde el principio por su sueño y que no se detuvo hasta conseguir dar el salto aunque para eso tuviese que dejar atrás su país.

Un regreso a casa en el aire 
Como en muchos otros casos el regreso de Wermbter a Argentina se encuentra un poco en el aire debido a la situación actual y que quizás esté "más de diez meses lejos de casa". 

El guardameta, que tiene el billete de regreso para dentro de un mes y medio aproximadamente, aseguró que todavía no sabe si podrá hacer el viaje y que todo dependerá de como finalice esta situación de cuarentena y el desplazamiento entre países.

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