El susto ya se puede contar

Santiago Álvarez en el centro de la imagen rodeado por Jacobo, a la izquierda, y Pastor, a la derecha, que sostiene la cánula de Guedel con la que salvó la vida de Álvarez (Foto: Rafa Fariña)
photo_camera Santiago Álvarez en el centro de la imagen rodeado por Jacobo, a la izquierda, y Pastor, a la derecha, que sostiene la cánula de Guedel con la que salvó la vida de Álvarez (Foto: Rafa Fariña)

PONTEVEDRA. Santiago Álvarez se recupera ya en su casa de las lesiones sufridas el pasado domingo en la tangana que se produjo en el partido de Segunda Autonómica que enfrentó al Mosteiro y al Beluso y que le pudieron costar la vida. El delegado y auxiliar del Beluso trata de reponerse del susto mientras espera a que los médicos le confirmen si perderá visión en su ojo izquierdo y a que su abogado analice el asunto para decidir si tomará medidas legales.

Álvarez señala que "los ánimos siempre decaen" y dice que "de momento hay que esperar para ver como evoluciona lo del ojo. En principio no puedo estar al sol y tengo que echarle unas gotas porque está dañado. Me tienen que dar los resultados de las pruebas, pero los médicos dicen que probablemente pierda un poquito de vista". Según relata, la lesión en el ojo se debe a que "me dieron una patada en el lateral izquierdo de la cara y eso provocó el desvanecimiento posterior". Álvarez explica que se acercó a separar a dos jugadores "y ahí sentí una patada desde la grada. Me caí, pero me levanté para ir a la grada y pedirle explicaciones. Los jugadores no me dejaron, pero le dije porqué me diera una patada, y ahí me puse más nervioso y caí. Reaccioné bien, me levanté porque quería andar y anduve dos metros o así y me volví a caer más fuerte y ya fue cuando actuaron ellos".

Esa agresión no fue vista por los dos hombres que le salvaron la vida: Pastor y Jacobo. ambos vinculados al Mosteiro.

"Montouse unha tangana impresionante, de moitísima xente, a xente da grada saltou ó campo a pegar. Eu estaba vendo a pelea dende lonxe, porque non quería meterme no medio que sempre hai problemas, pero vin a un señor no chan convulsionando e achegueime para dicir que o puxeran de lado. El levantouse e quitou o tubo (cánula de Guedel) da boca e foi andando pero desplomouse como un saco de patatas. Aí xa me metín de cheo a axudar porque vin que era grave. Puxémolo de lado, estaba consciente e tiña signos vitales pero despois deixou de responder. Toqueille o pulso e non lle sentín pulso ningún, púxenme moi nervioso, esperei cinco segundos por se acaso, dímoslle na cara eu e Pastor pero non reaccionaba. Puxémolo boca arriba, desabrochámoslle a camisa e comenzamos a facerlle a maniobra RCP", recuerda Jacobo.

En este sentido, el joven manifiesta que Santiago Álvarez "estivo como 20 segundos ou así inconsciente, foi eterno. Despois puxémolo de lado e agardamos a que chegase a ambulancia, que tardou en chegar máis que Garda Civil", concluye.

Pastor entró antes que él en acción ya que fue el primero en actuar cuando Santiago Álvarez cayó al suelo. "Púxenlle a cánula de Guedel e recuperou ó momento, el mismo a sacou porque estaba aínda un pouco perdido. Quíxose levantar pero caíu outra vez e perdeu o pulso. Saíu un mozo do público e veu axudarme", recuerda.

Los dos hombres que actuaron para salvar la vida del agredido señalan que nunca antes vivieran una situación similar.

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