El Teucro comienza asustando

Carlos García, a punto de tirar un penalti de pretemporada. rafa fariña
photo_camera Carlos García, a punto de tirar un penalti de pretemporada. rafa fariña

Estrenó temporada el Teucro con las mejores sensaciones posibles. Se enfrentó al que a priori será uno de los huesos del curso, el Bidasoa, y acabó dando una lección en Irún, tomando distancia en la primera parte para ya no perder nunca más el timón del partido. A los locales les costó un mundo sobreponerse a la defensa del conjunto pontevedrés, con muchos ajustes, agresiva, dinámica... pareció un equipo muy hecho para el arranque. Al equipo vasco le ocurrió lo contrario. Salía a flote en ataque con muchas dificultades y sufría para mantener la concentración en defensa, hasta que llegó el apagón.

Comenzó cuando poco pasaba de los primeros diez minutos del choque y el Teucro aprovechó para endosar un parcial de 5-0 a su favor. Del 3-3 iguales del inicio, que dibujaba el encuentro disputado que todos auguraban, se pasó al 3-8 en un abrir y cerrar de ojos.

Pudo estar la clave de la desconexión local en la exclusión de Revin que dio superioridad al cuadro pontevedrés. El Bidasoa protestó mucho a los colegiados y el lateral zurdo ruso, llamado a ser uno de los referentes del equipo este año, comenzó muy nervioso, con dos exclusiones antes de llegar al descanso. Pero lo cierto es que el Teucro era superior en los dos lados de la pista. Con una mixta en defensa ataba en corto a Azkue y Muíña en su lado. En el otro, la buena circulación de balón y alguna transición veloz al contragolpe impedía que las dos torres centrales de los locales fueran efectivas. Manejan peor las piernas que el cuerpo a cuerpo.

Con goles de Dorado y los fichajes Dani Hernández y Edu Moledo, que acabarían siendo los máximos goleadores del Teucro, los pupilos de Quique Domínguez tomaron distancia.

Al filo del descanso, el conjunto pontevedrés alcanzó su máxima ventaja, con un 7-13 y un 8-14 para cerrar el primer tiempo. El equipo vasco se entonó y fue capaz de no perder demasiado la rueda del Teucro, principalmente, porque Fuentes y Azkue comenzaron a enchufar lanzamientos aprovechando superioridades numéricas provocadas por exclusiones, también muy protestadas desde la escuadra visitante.

Carlos García, que ejerció como pilar ofensivo durante muchos partidos de la temporada pasada solo se mostró en defensa. Falló un penalti en los primeros minutos y después rotó para emplearse en la parcela defensiva.

Curiosamente, tras el descanso, anotó el primer tanto de su equipo en la segunda parte, poniendo el 9-15 en el marcador.

Tampoco hubo en este tramo del encuentro demasiados sobresaltos para el Teucro. Fue ampliando la ventaja amasada en los mismos mimbres con los que triunfó en la primera mitad. Esta vez no hubo desconexión del Bidasoa, pero seguía siendo inferior en los dos lados de la cancha.

En el minuto 45 el marcador estaba ya en un 16-25. Casi visto para sentencia. Se complicó la vida de manera absurda Víctor Rodríguez por culpa de la tensión que mantenía el equipo en defensa. Salió como elefante en cacharrería a tapar un lanzamiento de Azkue, se lo llevo por delante y los colegiados entendieron que se trataba de una embestida impropia. Lo expulsaron.

En el tramo final. Bajó el pistón el Teucro porque las piernas estaban cansadas y los árbitros no ayudaron, castigando a los pontevedreses con muchas exclusiones.

Es un equipo que acaba de descender de liga Asobal y concebido para regresar a ella. La victoria es, por tanto, de relumbrón para el Teucro que, como el año pasado, arranca a todo gas la temporada.

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