En busca del 'déjà vu' del gol

Arruabarrena firmó su primer gran partido con el Pontevedra contra el Fuenlabrada, su ex equipo, hace justo una vuelta ▶Tras seis encuentros sin marcar, el punta reconoce que necesita "un partido bueno" para recuperar confianza

Arruabarrena con dos balones, el mismo número de goles que marcó ante el Fuenlabrada. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Arruabarrena con dos balones, el mismo número de goles que marcó ante el Fuenlabrada. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La del Fuenlabrada no fue una buena etapa para Mikel Arruabarrena, que regresó en enero de 2018 a España desde Chipre para jugar en el equipo madrileño, aunque en ningún momento encontró las mejores sensaciones. Pero tras salir el pasado verano del Fernando Torres en dirección a Pontevedra, el atacante vasco se resarció en el primer enfrentamiento contra su ex equipo con dos tantos.

Eso fue hace justamente una vuelta. Y más allá de saciar las "ganas" de reivindicarse en un lugar donde no había podido rendir, los dos tantos sirvieron para que tanto el punta vasco como el Pontevedra despegasen. "Nadie esperaba que ganásemos allí. De no haber sacado ese partido adelante, nos hubiésemos metido abajo. Y de ahí es muy difícil salir", recuerda el tolosarra.

Aquellos dos goles de Mikel, uno de penalti y otro de cabeza en un córner, fueron su segundo y su tercer tanto del curso. La cuenta acabó en la primera vuelta con siete. Pero ahí se ha frenado. Arruabarrena ha disputado seis encuentros (aunque ante el Internacional apenas dispuso de cinco minutos) y en ninguno de ellos ha encontrado la portería.

"Siempre que hemos salido a defender hemos perdido. Somos un equipo que para ganar tiene que exponer"

Pese a todo, él no desespera. Sabe que el gol va por rachas. A sus 36 años, ha vivido muchas sequías como esta. Superarla será cuestión de tiempo, pero reconoce que el no marcar mina la moral tanto de él como de su compañero en la punta de ataque, Javi Pazos, que acumula el mismo tiempo sin ver portería. "Necesitamos un partido bueno, de marcar, para coger confianza. Lo que preocupa un poco más es que nosotros no estamos teniendo ocasiones. Más que no meter gol, es que no las estamos teniendo", destaca el vasco.

Precisamente ese mal momento de la dupla de atacantes ha hecho que en algunos momentos hayan recibido pitidos y críticas de cierto sector de la afición. "No es que me sienta señalado. Sé que el fútbol es así. Pero sí que duelen los pitos, sobre todo a Javi, que lo ha pasado mal. No entendía que llevando siete y seis goles se nos criticase. El equipo va bien y eso no ayuda", destaca Arruabarrena.

El delantero prosigue asegurando que quizá él no es "el tipo de jugador que gusta en Pasarón", porque "la gente reconoce más a futbolistas rápidos y ágiles, de ida y vuelta incluso cuando el equipo va ganando". Sin embargo, apunta que "la gente debe ir al campo a sumar". "Queremos que la afición se enganche, pero el que venga solo a criticar no ayuda", asegura. En este sentido, pone como ejemplo positivo "la actitud" de la afición en Vigo o en el último partido en casa, contra el Ínter. "Nos dieron muchísimo apoyo. Eso el jugador lo nota", recalca.

BIEN FÍSICAMENTE. Mientras, sobre si su estado físico está afectando a su rendimiento, el vasco apunta a que él se siente "cada vez mejor". "Es verdad que el césped de Pasarón no ayuda a jugadores con mi prototipo, que somos más pesados y nos hundimos más. Pero al margen de eso, yo me veo bien. No tengo problemas físicos, aunque me lesioné en el mejor momento de la temporada. Por lo que más me está costando es por lo anímico, porque hay jugadas claves, como el penalti ante Unionistas, en las que no acerté", comenta.

De cara al partido del domingo, Arruabarrena apunta que el líder, el Fuenlabrada, es "el rival idóneo". "Venimos de ganar en Vigo y si les vencemos daríamos un salto anímico increíble. Podemos jugar de tú a tú contra todos y en Pasarón tenemos un fortín", asegura Mikel.

Sobre el motivo de la fortaleza como local, el 9 granate destaca dos factores: el "miedo escénico" y el estado del campo. "Nos quejamos muchísimo del césped pero nos beneficia. Ya estamos acostumbrados y los rivales lo notan muchísimo. Si metemos ritmo, nadie aguanta porque la hierba acaba pesando mucho", explica el vasco. Sobre el otro argumento, profundiza destacando que "los rivales saben lo fuerte que está el Pontevedra en su casa, te respetan mucho y vienen a defenderse. Y eso se acaba notando".

Precisamente a no especular es a lo que tendrá que jugar el Pontevedra si quiere vencer el domingo: "Tenemos que exponer. Hay que ir a por el partido desde el principio. Siempre que hemos salido a defender hemos perdido". Así, con todo el equipo con la portería entre ceja y ceja, Mikel tendrá más opciones de volver a vivir un déjà vu en forma de gol, como los dos que anotó en la ida ante el Fuenlabrada.

Luismi, ambicioso. "Queremos tener opciones en los últimos dos meses"
Nadie oculta ya que el objetivo del Pontevedra pasa por colarse en el play-off de ascenso. Una vez que la situación clasificatoria permite a los granates afrontar el tramo final de competición en la zona alta, la escuadra de Pasarón entrena día a día para lograr ser uno de los cuatro equipos que jueguen por subir a Segunda División. Pero para ello, el conjunto pontevedrés tiene claro que "hay que sacar los tres puntos cada semana". "Tenemos que mantenernos ahí, por lo menos para llegar a los últimos dos meses con opciones", apuntó este miércoles Luismi en rueda de prensa.

El técnico vigués destacó que la idea del equipo es "seguir ilusionados" y, para ello, el Pontevedra "necesitaba ganar fuera". Ahora, tras el triunfo en Vigo, vencer al Fuenlabrada el domingo sería "una inyección de moral". "Si somos capaces de ganarles acortamos distancia con ellos y seguiremos ahí arriba, ilusionados peleando por algo que todos queremos".

Sobre las ocasiones que se están fallando, Luismi destaca que lo importante es que el equipo está "llegando al área contraria". "Sabemos que son momentos y rachas. En cualquier momento se romperán", destacó.

 

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