Julio García Pampín es el claro ejemplo de un deportista que se supera con el paso de los años y que cuando parece que no puede llegar más alto, lo vuelve a conseguir. Tras muchos años de trabajo y esfuerzo, el pontevedrés ha conseguido llegar a la cima del culturismo mundial y ser un referente en este deporte.
Pampín comenzó a practicar esta disciplina cuando tenía 18 años –ahora tiene 46– "porque me llamaba la atención el tema de la musculación", explica. El deportista, que jugaba al fútbol por aquel entonces, decidió apuntarse a un gimnasio en Pontevedra para descubrir si realmente le gustaba el culturismo. Y así fue, ya que tan solo cuatro años más tarde participó en su primer campeonato. Pero sin duda, lo mejor de todo es que desde entonces no ha parado.
El pontevedrés lleva muchos años compitiendo al máximo nivel y actualmente es uno de los grandes referentes en este deporte. En total, a nivel estatal, Pampín se ha subido al podio en cinco ocasiones, quedando campeón cuatro veces y subcampeón otra. A nivel internacional, el culturista ha participado en cuatro campeonatos del mundo y ha conseguido un primer puesto, un tercero, un cuarto y un sexto.
El último gran éxito que alcanzó el pontevedrés fue el pasado 24 de noviembre, en el campeonato Ms & Mr Universe NAC International 2018, que se celebró en Hamburgo (Alemania), donde consiguió la medalla de oro en la categoría Máster 40. En esta competición participaron alrededor de 23 culturistas españoles y en su categoría había casi 20 deportistas. Sin embargo, Pampín superó todas las expectativas y consiguió proclamarse campeón indiscutible. Una primera posición muy importante que, sin duda, marcará un antes y un después en su carrera profesional. "Fue muy bonito y muy emocionante. Además, la organización alemana fue espectacular", asegura el deportista.
PREPARACIÓN. Llegar a competir en un campeonato a nivel internacional y, sobre todo, alcanzar la primera posición en un torneo de tanta magnitud como el Ms & Mr Universe NAC International 2018 no es tarea fácil.
Pampín comenzó su preparación estricta con doce semanas de antelación. Durante ese período, el deportista realizaba dos sesiones de entrenamiento diario. A mediodía, el pontevedrés hacía una hora de musculación y, a continuación, 45 minutos aproximadamente de ejercicio cardiovascular. Además, por la noche, después de trabajar, Pampín volvía a hacer una hora de cardio todos los días.
Pero lo más complicado y a la vez asombroso no es eso, sino que el pontevedrés no se dedica única y exclusivamente al deporte. El culturista trabaja en una tienda (Bodysport Nutrición) y, además, es entrenador personal, por lo que compaginar su vida personal con el ejercicio diario y el trabajo demuestra que cuando quieres algo, no hay excusas que valgan.
PERÍODO DE VOLUMEN. Pampín suele competir un año y descansar los dos o tres siguientes porque el culturismo "es muy estresante, requiere mucho tiempo libre y mucha dedicación", explica. Pero cuando no compite, el pontevedrés sigue ligado al deporte, realizando "el período de volumen, un momento más relajado que te permite comer más cosas, más cantidades".
Además, "durante esa franja de tiempo apenas haces ejercicio cardiovascular, y haces cinco sesiones semanales con más carga pero más breves".
Eso sí, aunque ahora le toquen más o menos dos años de descanso, Pampín no se rinde y quiere seguir demostrando que sigue estando en lo más alto de esta disciplina. "Si llegado el momento puedo y aún tengo ganas, volveré a competir", afirma.
Todo esfuerzo tiene su recompensa, así que ahora toca disfrutar del premio y seguir preparándose para que Pampín, y por tanto Pontevedra, sigan estando en lo más alto del culturismo internacional.
Además, gracias a su trabajo y a su esfuerzo, el deportista es un ejemplo para muchos otros y ha conseguido situar a Pontevedra en lo más alto del culturismo internacional.
