El Pontevedra Club de Fútbol se tiñó este lunes de luto por la muerte, a los 80 años de edad, de una de sus leyendas, José Luis Iglesias, conocido deportivamente por su apellido y que durante seis temporadas vistió la camisola granate.
El delantero vigués llegó al conjunto granate para reforzarlo en su reto de permanecer en Segunda División después de su legendario ascenso en la Puentecilla de León. Fue uno de los fichajes estrellas del equipo de Pasarón y a partir de ahí estuvo cinco campañas más.
Iglesias disputó 99 encuentros como futbolista del Pontevedra, una cifra a tener en cuenta ya que en aquella época no había sustituciones. Esa cantidad sería este martes más elevada. Además, la Liga tenía menos equipos que en la actualidad. Iglesias es de los pocos jugadores que participaron en los dos ascensos del Pontevedra CF a Primera División, el primero de ellos en abril de 1963 y el segundo, dos años después, lo que significó el comienzo de la etapa más gloriosa de la entidad, el ¡Hai que roelo!
De sus 99 encuentros, 80 los disputó en Segunda y 19 en Primera, de los cuales 15 fueron en el primer ejercicio granate en la élite, mientras que cuatro fueron en la campaña 65-66, que fue su última como granate y que terminó con 31 años. El delantero forma parte de la historia del club, entre otras circunstancias, porque fue el autor del primer gol del conjunto pontevedrés al Real Madrid en su historia. Fue el 3 de noviembre de 1963 en el estadio Santiago Bernabéu y los pontevedreses acabaron perdiendo por 3-1. En ese campeonato metió otros tres tantos.
Iglesias fue determinante en el segundo ascenso a Primera porque con Marcel Domingo en el banquillo de Pasarón jugó 23 partidos y marcó ocho tantos, siendo el segundo máximo artillero del equipo por detrás de Neme, que fue autor de 15, y por delante de Rafa Ceresuela, que consiguió siete.
La temporada siguiente, con Juanito Ochoa en el banquillo de Pasarón, disputó cuatro partidos, siendo el último como granate el 23 de enero ante el Real Mallorca. Su despedida fue el 3 de abril de 1966 en un encuentro contra el Sevilla FC en el Sánchez Pizjuán.
Finalizada su trayectoria deportiva, emigró años después junto a su mujer a Venezuela, donde se instaló en la ciudad caribeña de Punto Fijo, donde regentó hasta su jubilación un negocio de joyería y de recuerdos, Regalos Iberia, y donde falleció este lunes.
