Fran Rico recupera la "plena" felicidad

El centrocampista, con el objetivo de "seguir disfrutando del fútbol" 28 meses después

Fran Rico, en el paseo de la playa de Caneliñas. RAFA FARIÑA
photo_camera Fran Rico, en el paseo de la playa de Caneliñas. RAFA FARIÑA

Dos años y cuatro meses después, Fran Rico Castro recuperó la felicidad "plena". El hombre que acudía "siempre con una sonrisa a entrenar" pese a vivir un calvario de 28 meses con su rodilla, volvió a sentirse futbolista el pasado 8 de junio, cuando disputó por primera vez un partido delante de su hijo, Mikel. Fue el Granada-Alcorcón de la última jornada de liga, con su equipo ya ascendido y él disfrutando de la fiesta en casa por el salto a la Primera División como capitán de la institución nazarí, la entidad que apostó por él pagando un millón de euros en el verano de 2011.

"Solo por ese partido ya mereció la pena todo el esfuerzo. Tenía un objetivo claro, que era salir con mi niño al campo y que me viese jugar. Nació poco después de la lesión y sabía que tenía un padre futbolista, pero nunca lo había podido comprobar. Me encontré a gusto y disfruté muchísimo en el campo", explica Fran Rico en el Mesón A'Costa de sus padres, donde ha pasado la mayor parte de su vida.

Fran apura sus vacaciones junto a su familia. Son las primeras tras superar un nuevo calvario, su tercer gran parón por culpa de esa maldita rodilla que le cortó el posible camino al Real Madrid en el 2008, cuando el Castilla había apostado por él tras convertirse en la perla del Pontevedra de la mano de Javi Gracia.

Todo el esfuerzo por recuperarme ha merecido la pena solo por poder volver a jugar y que mi hijo me viese

Rico goza de su Caneliñas natal, donde el pequeño Mikel disfruta en la época estival de lo que él vivió a finales de los 80 y principios de los 90. Pronto su mujer saldrá de cuentas y la familia se ampliará a cuatro. Su "redebut" viene con un pan debajo del brazo. La felicidad no puede ser más plena.

La familia siempre le ha permitido olvidarse un poco de sus continuas sesiones de gimnasio y fisioterapia. Aunque no ha sido fácil: "He tenido lesiones en esa rodilla muy duras, pero nunca tuve dudas de que iba a volver a jugar. En esta ocasión no fue así. Estaba en un gran momento en el Eibar (febrero de 2017) y de repente tengo que parar. Me sometí a tres operaciones y con ninguna mejoraba. Ahí empiezo a dudar de la posibilidad de volver a jugar. Hice de todo, pero no conseguía mejorar. De hecho, reconozco que algunos médicos me dijeron, con buenas palabras, que igual era mejor dejarlo. Pero volví a Granada, con el fisio Dioni, que es amigo. Y poco a poco fuimos mejorando".

En ese período hubo momentos de bajón: "Yo me lo guardo mucho para mí. Le pedía a mi familia que ni me preguntase por la rodilla. Además, mucha gente por la calle y me decía: "¡Ánimo, que vas a volver a jugar!" Está mal, pero eso hasta me molestaba. Pensaba: "No sabes si voy a volver a jugar porque ni yo lo sé".

Me llegó a molestar que gente que no me conocía me dijese que iba a recuperarme

Además, el hecho de que no se hablase de él, tampoco le ayudó. "Yo soy muy raro. En los otros dos años en blanco que tuve, se dudó de si podría volver a ser el mismo. Y eso me incentivó para demostrar que sí. Esta vez no fue así. Todo se llevaba con mucha más discreción. Y me faltaba esa especie de "pique", explica.

La experiencia con sus dos lesiones anteriores le ayudó. De hecho, aunque nunca había estado tanto tiempo lejos del césped, estos últimos meses no han sido los más traumáticos: "Esto no lo he contado. Hace años, antes de irme al Eibar, me sometí a un tratamiento con ácido hiarulónico. La rodilla se me inflamó muchísimo. Me asusté y cuando fui por la mañana al hospital me dijeron que me tenía que operar de urgencia. Yo me negué. Me fui al aeropuerto en ambulancia, me cogí un avión con escala y cuando llegué a Vigo, otra ambulancia me estaba esperando para ir al Domínguez con Cota, mi gran apoyo. Imagina el panorama".

Recuerdos como ése, con el que se inició su segundo parón en la 2015-2016, le ayudaron a superar los dolores de este tercero. En Granada pudo ir encontrándose mejor. Aunque nunca sin dolor, una sensación que no ha desaparecido en doce años. "Lo bueno es que si antes me dolía diez, ahora me duele dos. Y así, siento que puedo seguir siendo útil", explica. Ése, el sentirse "importante y no una carga", es el próximo objetivo de Fran, que ha cumplido todos sus sueños, pero no quiere dejar de "disfrutar del fútbol".

Fran Rico: "Me encantaría poder volver a jugar en Pasarón"
 Su idea pasa por agotar su fútbol en Primera División, pero Fran Rico no esconde que una de sus ilusiones sería, también, la de retornar al Pontevedra Club de Fútbol. "A mí me encantaría poder volver a jugar en Pasarón y disfrutar de nuevo. El Pontevedra es un club fundamental en mi carrera. Pasé en él los años de cadetes y juveniles. Me dieron la oportunidad de poder disfrutar de la Segunda B y se portaron muy bien siempre conmigo ", explica. El futbolista apunta que la idea de su mujer y él es regresar a Portonovo. "¿Cuándo? No lo sé. Pero si algún día se diese ese regreso, quiero que sea para poder jugar de verdad. Ojalá pudiese ser en un equipo muy competitivo y que luchase por subir", asegura. Para Rico, la categoría en la que se encuentre el equipo no es tan importante. "La división depende. A ver, evidentemente si tienes propuestas de Primera División es muy complicado bajar a jugar a Segunda B, aunque sea el club de tu tierra. En mi caso, si se diese la oportunidad seguramente la barajaría. Por supuesto. Volver a jugar en el Pontevedra me hace mucha ilusión", apunta.
FUTURO. Sobre lo inmediato, Rico tiene muy claro que se considera apto para Primera. "Habrá que ver la pretemporada. Ahora me tengo que medir un poco. ¿Cuántos partidos podré jugar? No lo sé. Si hago las cosas bien y entreno lo que debo, si compitiendo me encuentro bien... quizá pueda aguantar sin ningún problema", manifiesta. Sea en Granada o, quizá, lejos de Los Cármenes.

 

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