Pegada puntual y saber estar. Esa fue la receta del Pontevedra para derribar la fortaleza de La Albuera, lograr su tercera victoria seguida y catapultarse a posiciones de play-off por primera vez este curso. Dos tantos tempraneros de Rubio y Rufo fueron decisivos para que el cuadro de Ángel Rodríguez mantenga la dinámica y vea cada vez más como un recuerdo lejano el inicio dubitativo de campeonato.
Madrugó el Pontevedra en el partido y, más que nunca, ese esfuerzo le resultó tremendamente útil durante el resto del encuentro. Porque a los once minutos, la escuadra pontevedresa ya ganaba 0-2. Fue gracias a su pegada y agresividad en los metros próximos a la portería rival. Porque cuando aún ni se habían cumplido 180 segundos de duelo, una pared entre Álex y Abelenda acabó con un centro raso a los pies de Rubio, que desde la frontal se hizo hueco para disparar con la izquierda ajustado al palo y poner el 0-1.
El tanto inicial no hizo bajar las revoluciones a los granates (en La Albuera de azul). Sabedor de la querencia de la Gimnástica por sacar la pelota jugada, el cuadro dirigido por Ángel Rodríguez siguió presionando arriba y buscando tras cada recuperación rápidamente a sus dos puntas para aprovechar los espacios ante el despliegue local. Y fue en un robo adelantado a través del que encontró el premio gordo: Abelenda interceptó, Álex la recogió y se la colocó dentro del área a Charles, que de primeras se la puso en beneficio de remate a Rufo: 0-2.
Era el inicio soñado para el cuadro de la Boa Vila, que a partir de entonces se dedicó a jugar con el reloj y a buscar las contras para matar el encuentro. Lo pudo hacer a la media, pero el remate de Rufo acabó despejado bajo palos por un zaguero locatario. Entre tanto, la Gimnástica no perecía. Trataba de salir jugando y con buenas asociaciones, encontraba la profundidad. Pero los defensores del PCF ejercían como cortafuegos para impedir que Cacharrón tuviese que lucirse. Pese a ello, Nanclares colocó el miedo en el cuerpo a los visitantes con un remate de cabeza que se fue centrado a las manos del meta.
El segundo tiempo siguió con la misma tónica. Charles dribló al meta tras recoger un mal pase de la Sego a su portero, pero la tiró fuera. El PCF perdonó la sentencia y Rafa Llorente se lo pudo hacer pagar tras una pérdida de Yelko. Pero la suerte estaba del lado de los de Pasarón, porque el remate del futbolista local se fue rozando el larguero.
Con la Gimnástica inquietando más por lo escaso del resultado y su buen trato de balón que por un peligro real, el Pontevedra le fue echando cloroformo al duelo hasta terminar de matarlo con los cambios y cerrar su tercera victoria consecutiva, de nuevo con la portería a cero y esta vez a base de acierto puntual.
