DE PERFIL

Gorka Grande: "Tengo el fútbol en la cabeza todo el día, es un 24/7, una obsesión"

Gorka Grande. DP
photo_camera Gorka Grande. DP

Dejó su Galicia natal para abrirse paso a un futuro como periodista. Por el camino quedaron sus sueños que hoy se completan con unos estudios , y toda una vida dedicada al fútbol. Pasó por el Estradense, equipo al que tuvo el honor de ascender a la tercera división. Hoy le volvemos a tomar la pista a este joven que ha dado un giro radical a su vida. 

Tiene un largo recorrido por el fútbol, lo suyo ha sido probar y probar... 
Sí. Imagínate, desde los cinco años que llevo dándole a la pelota, si he tenido tiempo de pasar por equipos. Empecé en Ourense, porque soy de allí, y desde pequeño pasaba las horas con la pelotita, pero después creces y... 

¿Y? 
¡Pues que la vida se complica! Ya no es todo tan fácil como cuando eres un niño. Me fui a estudiar a Santiago y me era muy difícil compaginar el fútbol con los estudios. Aún así pasé por el Barbadás y estuve también en el Estudiantil. ¡Por no intentarlo no habrá sido! 

Desde luego que no. Después dejó su casa para ir a Tenerife. Menudo cambio. 
Sí. Allí estuve un año estudiando y también le daba al balón. 

Pero pronto vuelve a casa... No sé si para terminar su carrera o para volver al fútbol.

Un poco de todo. (Se ríe). No, la verdad que la vuelta al fútbol fue una casualidad. Un día me encontré con Peiteado, jugador del Estradense, en Sanxenxo y me dijo que volviera. La verdad que a mí me cuadraba por ubicación, pero no me lo había planteado. Me dijo que le dejase unos días para hablar con el presidente. Y en dos días recibí la llamada con la oferta. 

Es lo que se llama una casualidad... 
Sí, además fue así. Estaba haciendo las prácticas de periodismo y podía compaginarlo bien. Ese fue mi último año como federado. La verdad que tengo buen recuerdo. Llevamos al equipo al ascenso a tercera división. 

iLo dejó en lo mejor! 
Sí, pero de ahí me marché a Madrid, donde estoy ahora, para hacer el master. Es lo que te decía antes. Crecer es duro. (Se ríe). Al final uno tiene que tomar decisiones en su vida. 

Y entre sus decisiones estuvo dejar la playa para irse a la capital... Eso no es muy de gallego ¿eh? 
Bueno no me gusta mucho la playa. (Se ríe).

¡Eso sí que no es muy creible!
¡De verdad! Aunque reconozco que cuando me marché fuera la vez anterior y tenía la playa a mano te levantabas de otra manera. Al final voy a tener que irme fuera para que me guste la playa.

La tarjeta
Vive en Madrid a un ritmo acelerado y ha dejado el balón para pasar de época en su vida. Gorka Grande es uno de esos jugadores promesa que en un momento determinado de su vida tiene que elegir entre su deporte y su futuro profesional. Ahora estudia un Máster de Periodismo Deportivo, la única manera de relacionar su pasión con su carrera y no dejar de lado por completo el deporte de su vida.

 

Ahora vive en Madrid, sin playa y sin su deporte. Tiene que estar deseando volver.
(Se ríe) Bueno ahora tengo que estar un año y medio aquí. Juego a fútbol pero sin federar. Pero aunque no lo practico, estoy todo el día con ello a vueltas, porque mi carrera está enfocada al fútbol. Tengo el fútbol en la cabeza todo el día. Es un 24/7, una obsesión. 

Las cosas se ven más claras. Ahora entenderá mejor a su entrenador cuando les gritaba a pie de campo, pero sobre todo, ¿le dan ganas de saltar al césped? 
¡Muchas! La verdad que desde arriba pica el gusanillo ¿eh? Me pongo de los nervios. Además, lo que dices, desde arriba se ve todo mucho mejor, es otro ángulo y a veces si pienso: ¡cuánta razón tenía el entrenador! Es increíble lo que cambia un partido desde otro ángulo. Me dan ganas de gritarles muchas veces (se ríe). 

Antes decía que no echaba de menos la playa, pero la comida gallega...
¡Uf! Es que eso es sagrado. Ahí si que no te puedo mentir. Lo primero que hago cuando vuelvo a casa es comer un buen cocido. Puedo acostumbrarme a la ciudad, a no tener playa, pero lo de la comida es otra cosa. A eso creo que no me acostumbraré. ¡Como en Galicia no se come en ningún sitio! 

Cuando alguien se va a Madrid y ve allí el Santiago Bernabéu, ¿se cambia uno de equipo? 
¡No! Si te digo la verdad, desde que vivo aquí no he ido. Fui una vez anterior, pero en mis planes está visitar todos los campos de aquí.

Pues tiene para rato. Ya puede ir empezando.
¡Y tanto! Pero es uno de mis objetivos. Y ya puestos si suena la flauta se puede llamar a alguna puertita... (Se ríe) Hay ganas de vestirse de corto, pero todavía no. 

Habrá que ir con calma entonces...
¡Es que aquí vivir con calma es imposible! La gente hace las cosas a toda prisa. Al final se te contagia. Yo voy a coger el metro y voy corriendo, y me paro a pensar y digo: '¿Pero por qué corro?' Pero sale inconsciente. La gente en Madrid vive a toda prisa. No es una leyenda urbana, es real. Allí se vive acelerado, pero ya me voy acostumbrando.

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