Una carrera popular en Ponte Caldelas descubrió a Iago Gómez el encanto del atletismo. "Fui con mi padre y al acabar le pregunté en qué deporte podías correr. Me dijo atletismo y le dije que quería apuntarme. Me encantó y hasta ahora", recuerda el pontevedrés. Entonces tenía tan solo cinco años y su pasión por esta disciplina ha ido creciendo, al igual que él como deportista. Los retos motivan a esta joven promesa que, compagina su actividad en la Sociedad Gimnástica de Pontevedra con la BTT en el Club Farto.
"Es muy exigente, hay que compaginarse bastante bien, pero de momento ahí seguimos", apunta. Con la ambición por bandera, en época de competiciones prioriza los entrenamientos de una u otra disciplina. La constancia y el trabajo dieron sus frutos el pasado mes de octubre, en el que Iago Gómez se colgó el bronce en el Campeonato de España de 80 metros vallas sub-14. "Fue muy inesperado, veía las marcas de los demás y decía: eso está muy lejos", reconoce, "pero después fui a la carrera y en la primera serie quedé primero. Fui a la final, allí estaba el mejor, que había hecho una marca impresionante. Lo seguí, venía otro detrás y pensaba que había quedado cuarto. Pero no, fui tercero".

La emoción inundó entonces al pontevedrés, que se estrenaba en esta categoría en el Nacional. "Viendo las estadísticas, creo que las vallas es lo que mejor se me da", analiza, "es lo que más me gusta también, disfruto la adrenalina de ir pasando una y otra. No es solo correr, tienes obstáculos". Con un carácter "muy competitivo", a Iago Gómez le gusta analizar sus actuaciones para mejorar los pequeños errores que pueda cometer. "Cuando mi padre o mi madre graban los vídeos, siempre los veo a cámara lenta para fijarme en lo que he hecho mal o lo que podría mejorar", explica. Una dedicación que disfruta al máximo. Y es que lo bonito del atletismo "es que es muy variado" y te exige "perfeccionar diferentes técnicas". Además de las vallas, el peso es la otra modalidad que más le gusta al atleta de la Gimnástica. "Lo más difícil es compaginar el ritmo al que van las piernas y el brazo, para lanzar lo más lejos y fuerte posible", comenta.
"Cuando mis padres graban los vídeos, siempre los veo a cámara lenta para fijarme en lo que puedo mejorar"
La medalla nacional es el momento más especial que ha vivido hasta ahora. Le dejó, además, una de esas anécdotas que se recuerdan siempre: "El primero en vallas, que era de Madrid, había ganado ya unas cuantas medallas. Me dijo si queríamos cambiar la camiseta de entrenamiento y ahora tengo una del AD Sprint y él de Pontevedra". A Iago le gustaría batir la mejor marca en el próximo curso. De momento, sigue trabajando e inspirándose en "Joao, mi entrenador, también compite en vallas y es un referente muy importante".