Un sportinguista en el Tartiere

Iker, 'Alegre' de poder jugar en un estadio como el Municipal de Pasarón

El extremo izquierdo del Pontevedra actuará como local en un escenario que se le ha dado bien con sus exequipos. "Siempre ha sido un campo que me ha gustado mucho, con una gran afición", sostiene el jugador asturiano
Iker Alegre controla el balón durante uno de los entrenamientos del Pontevedra durante esta pretemporada
photo_camera Iker Alegre controla el balón durante uno de los entrenamientos del Pontevedra durante esta pretemporada

Iker Alegre siempre ha jugado en campos importantes. Desde que abandonó el Ribadesella para fichar por el Zamora, en edad sub-23, nunca ha dejado de cambiarse en vestuarios con aroma a buen fútbol. El Ruta de La Plata de la capital castellana, el Carlos Tartiere de Oviedo, el Stadium Gal de Irún, O Couto (Ourense) y Las Gaunas (Logroño) lo han visto actuar en la categoría de bronce. Alegre disfruta con el ambiente y soporta la presión. Por eso está encantado de recalar en el Pontevedra. Por eso, y por la ambición del equipo.

"En verano me llamó Luisito. Sabía que él siempre hace bloques competitivos", reconoció el extremo asturiano. "Y el Pontevedra es un equipo que se merece estar mucho más arriba. Me había tocado varias veces jugar contra él. Pasarón siempre ha sido un campo que me ha gustado mucho, con una gran afición", dijo el jugador gijonés al finalizar la sesión vespertina que se llevó a cabo ayer en el campo de hierba natural de Mirallos, en Moraña. Ser visitante en el campo de O Burgo es una gran motivación. Los futbolistas hablan entre ellos, lo comentan. "Siempre que vienes aquí, a Las Gaunas, al Sardinero, al Tartiere... por el ambiente que hay, son partidos que suponen un plus jugarlos".

Alegre ha pasado de ser visitante a local en Pontevedra, y lo ha hecho con orgullo, con altas miras. "Es un conjunto que en poco tiempo debería volver a puestos muchos más altos", manifiesta el nuevo discípulo de Luisito.

En su carrera deportiva nunca ha perdido un encuentro contra el bloque de la ciudad del Lérez. Las seis veces que se ha enfrentado en duelo de Liga a los granates (cuatro con el Zamora, dos con el Logroñés) se saldaron con cuatro victorias y dos empates.

En una de las igualadas, la fortuna (o mejor dicho, el portero granate de entonces, Orlando Quintana) le privó de dar los tres puntos al Zamora. "Tenía perdido ese partido en mi memoria", recuerda Alegre, que en la segunda mitad de aquel duelo ejecutó una falta desde 30 metros, un misil tierra-aire que el inspirado arquero canario del Pontevedra desvió a córner con un guante imposible, a la altura de la escuadra.

"Me acuerdo de que también jugamos una penúltima jornada de Liga aquí (1-2, 2008-09). Y también la del Logroñés del año pasado", en la que fue clave al dar la asistencia del gol visitante (0-1).

La presión no es un problema para él. Además de jugar en grandes campos contra grandes rivales, también fue titular en el Tartiere, adonde llegó con un pasado sportinguista que no sedujo a la afición carbayona.

"Al proceder del Sporting, en Oviedo no lo llevaban muy bien. Fue una de las situaciones más difíciles que me tocó en mi carrera. Aprendí mucho. La presión es algo con lo que hay que convivir".

El nuevo extremo granate recuerda cómo dio la vuelta a la tortilla. "Al principio, sobre todo, me costó. Al final acabé ganándome a muchos aficionados. Me llevo un grato recuerdo de allí".

Son ya diez temporadas en Segunda B. "Después de tantos años, la presión es algo que debes saber gestionar".

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