Isidro Otero, 'LeisYenda' por medio siglo de dedicación al fútbol sala

Dicen que la historia nunca pasa de moda. Y los que la cuentan dejan a sus oyentes momentos de auténtica gloria. Eso fue lo que ocurrió este lunes en el Pabellón Municipal de los Deportes, que a pesar de estar precintado por el coronavirus, pudo abrir sus puertas para dar la bienvenida a Isidro Otero, cuyo nombre se resume a la historia del fútbol sala, que hoy le recuerda como presidente del Rías Baixas y pionero de este deporte en la ciudad del Lérez.

En un acto inscrito dentro del programa que el Leis Pontevedra ha iniciado hace una semana, Otero recibía el premio LeisYenda –el pasado miércoles lo recogió Luis López Basalo– como reconocimiento a su labor y trayectoria dentro del deporte que, a pesar de estar de moda, reconoce que tuvo unos inicios complicados. Él los vivió y fue el encargado de hacerle un nombre en la Boa Vila.

Al acto no faltó el excapitán del Leis y uno de los jugadores que está llamado a pasar a la historia del fútbol sala pontevedrés, José Manuel Barcala, que fue el encargado de hacer la entrega de la placa homenaje a Otero en agradecimiento a su gran labor.

Las medidas de seguridad pusieron el punto negativo de la entrañable jornada, impidiendo los abrazos entre Isidro y los que acudieron a acompañarle, entre los que destacan algunos jóvenes de la cantera del conjunto de la Boa Vila. El pasado y el futuro del fútbol sala concentrados.

Acto seguido, Ignacio Sánchez, jugador de la categoría cadete del Leis se encargó de realizar de nuevo una entrevista, con la intención de sacar a relucir las mejores historias de Isidro Otero, entre ellas, la rivalidad entre el que por aquel entonces era su club, el Celulosas Clemente y el Leis.

"Lo vivíamos con mucha intensidad, eran partidos muy especiales. Las rivalidades entre Leis-Celulosas y Rías Baixas-Leis tenían un morbo especial", señala. Recuerda con especial cariño los momentos previos a los partidos y el ambiente que se generaba. "No cabía la gente", apunta.

El canterano además, quiso conocer de primera mano si todavía queda algo de aquella esencia en la actualidad. "Me gustaría que se volviese a vivir aquello, pero lo veo difícil" apunta y lanza un deseo al aire. "Dios quiera que se repita, eso sería estupendo para la ciudad", dijo.

Entre sus millones de recuerdos destaca el fichaje de Jorge Alberto García Argibay por el Chaston. "Fichó Jorge y con el íbamos todos".

Unos recuerdos que remueven los sentimientos.