El seleccionador español juvenil de balonmano, Javier Fernández, Jabato, emocionado y entre lágrimas en su despedida como entrenador del Cisne, explicó que la imposibilidad de "dar el cien por cien" es lo que le llevó a tomar la "dura" decisión de rechazar la oferta de renovación del club, al que ha devuelto a la liga Asobal.
"No ha sido una decisión fácil, todo lo contrario. Pero creo que el club está en un momento muy bueno y puede ser atractivo para otra gente, por eso no sería justo que continuara sin poder dedicarle todo el tiempo que necesita. El club tiene que seguir creciendo y lo mejor es que venga alguien a poner todo su trabajo para que el Cisne siga dando pasos en adelante", indicó.
La rueda de prensa de despedida tuvo lugar en el Hotel Galicia Palace de Pontevedra, y asistieron, entre otros, el presidente del Cisne, Santi Picallo; el ayudante de Jabato, Marcos Otero; y varios jugadores de la primera plantilla, como Álvaro Preciado, Mateo Arias, Carlos Domínguez o Conde.
"Los días tienen 24 horas, y mi vida personal, mi trabajo y mi aportación con la federación me impiden dar el cien por cien en una liga tan exigente como la Asobal. Sé que voy a perder mucho, pero el Cisne necesita más", dijo, con la voz entrecortada, el entrenador de Ciudad Real.
En este sentido, recordó que su vida personal ha estado ligado "en estas siete temporadas" a su vida profesional, y eso provocó que le quitase "mucho tiempo" a su familia.
"Mis dos pequeñas -Claudia y Alicia- han aprendido a caminar de la mano del Cisne. Les he quitado mucho tiempo, pero no me arrepiento ni un solo segundo de lo que he invertido en este club. Ahora siento que mi mujer y mis hijas necesitan más de mí, quiero estar más cerca de ellas. Y prometo que trabajaré duro para ser mejor padre y entrenador", subrayó.
