Jimmy contra la maldición

 El jugador santiagués avanza en su recuperación y ya trabaja con el equipo granate, que en el pasado padeció grandes problemas con los laterales, particularmente los izquierdos
 

Jimmy disputa un balón con un jugador del Fuenlabrada. DP
photo_camera Jimmy disputa un balón con un jugador del Fuenlabrada. DP

Jimmy ya entrena con sus compañeros del Pontevedra. El lateral izquierdo santiagués regresó al trabajo grupal el pasado jueves. Fue su primera sesión completa desde que se lesionó en el partido que supuso la primera victoria granate, contra el San Sebastián de los Reyes, hace este sábado dos meses.

Con su rodilla ya recuperada, pero con una evidente falta de ritmo y rodaje, el futbolista tendrá que ver el partido contra el Valladolid B, todavía, desde la grada de Pasarón.

La baja del zaguero zurdo compostelano pareció devolver a Pasarón la maldición de los laterales. Una maldición de la que no ha escapado su compañero Miguel Ángel Muñoz, que lleva dos semanas sin ejercitarse con la primera plantilla de Luisito, después de solicitar una baja por enfermedad.

"Las dinámicas cambian y pueden hacerlo en un mismo año: en el 90 puede acabar marcando tú"


El defensa madrileño lleva varios contratiempos en lo que va de curso: se quemó las manos durante un accidente doméstico antes del partido contra el Real Madrid Castilla, hace ocho semanas. Semanas después, ante la Ponferradina, sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le hizo perder la conciencia y la memoria sobre lo que había acontecido en el campo de El Toralín.

El tercero de los laterales, David Castro, tampoco ha vivido ajeno a los problemas físicos, aunque ha tenido más fortuna que sus compañeros en ese aspecto, lo que no ha impedido que en las últimas citas haya dejado de contar con los minutos de que disponía hace algunas jornadas.

El mal fario de los laterales granates viene de largo, aunque en las dos últimas temporadas parecía solucionado, con hombres contrastados de la talla de Verdú y Bonilla o con la regularidad de Adrián Gómez y la ebullición de Miguel Loureiro.

En la primera campaña de Luisito al frente de las operaciones, David Feito debió abandonar la disciplina del club por un tema familiar, mientras que su sustituto, Lobato, no ofreció el rendimiento que se aguardaba de él.

En la etapa de Milo Abelleira al frente del equipo, el desfile de laterales fue constante. El único que tuvo regularidad fue Adrián Gómez, en la segunda temporada del pontevedrés al frente del equipo (2012-13). En la 2011-12 desfilaron hasta siete laterales diferentes por el equipo. Ni Caco ni Iván Freiría, que sufrieron múltiples lesiones musculares, ni Trovo ni Richi Hidalgo, cortados al poco de llegar, ni Diego Peña ni Suso, que no convencieron al preparador, tuvieron éxito. Finalmente Milo se refugió en Pablo Suárez, fichado con la temporada en marcha.

La maldición que parece perseguir al club por etapas en este siglo fue inaugurada por el gran capitán Pablo Vázquez, que se tuvo que retirar en 2002 por una grave lesión en la rodilla. Desde entonces, hombres como Sergio, Casablanca, Adinolfi, Yourasowski o Tinaia vivieron diferentes vicisitudes que les impidieron triunfar como granates.

Ormazabal o Bermudo pudieron acabar con aquella dinámica que hace diez años parecía requerir de la visita a un chamán para hallar una solución.
 

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