José Manuel Santiago: "Yo soy de otra época. Echo de menos el taekwondo donde había 20 K.O.s"

TODA SU VIDA dedicada a los deportes de contacto han dado para que José Manuel Santiago tenga hazañas de sobra para contar. Lo hace por amor a este deporte, por pasión. Dejó su Barcelona natal para plantarse en Galicia con intención de hacer de su club uno de los más reconocidos. Lo ha conseguido. Eso si, a costa de no tener espacio para el ocio. 

José Manuel Santiago. DPUna vida dedicada a los deportes de contacto debe dejar a uno con la cabeza loca. Entrenamientos, competiciones… ¿Cómo es esta vida? 
Es de locura. No paramos. Te diría que llevo un mes de locos, pero realmente no es solo este mes. Hay veces que pienso en dividirme. Este fin de semana, por ejemplo, hemos tenido a diferentes competidores en distintos sitios, Un fin de semana maratoniano, que le llamo yo. Verdaderamente es de locura. 

Uno no sabe ni donde esta en cada momento, ¿no? 
Desde luego. La vida de dirigir un gimnasio, me río yo de las cafeterías. Vivo a lo loco, con la cabeza aquí y el cuerpo allí y al revés. 

No será tan agradable para la familia, claro.
Ya lo tienen asumido. Vida personal hay poca. Eso de irme tranquilo a cualquier sitio es complicado. Y cuando tengo un rato libre ya hago por buscarle ocupación con el deporte. Siempre hay algo por hacer. 

¿Esto lleva siendo así toda su vida? ¿En qué momento le paso por la cabeza empezar con este estilo de vida? 
Yo soy de Barcelona, y por motivos familiares me vine a Galicia en 1997. Según vine lo primero que pensé es en dedicarme a esto. 

La tarjeta
Llegó de Barcelona para imponer su estilo en los deportes de contacto gallegos. Tras una larga temporada por diferentes clubes, finalmente fundó el ABP, que hoy en día es uno de los referentes en artes marciales y deportes de contacto. Sin embargo, los tiempos le han ganado la batalla a él, quien ha tenido que acostumbrarse a las nuevas formas que va imponiendo la época.

 

¿Cuántas veces le ha pasado por la cabeza la frase: en qué momento se me ocurriría a mí? 
Pocas. Me gusta esto. Me gustan las locuras (se ríe). Cuando llegué a Galicia compaginaba taekwondo con kickboxing, fuimos casi pioneros en esta tierra de estos deportes, y oye, eso es un orgullo. Llegar a un sitio de fuera y hacerte un hueco de la manera que lo hemos hecho. En el 2000 teníamos otro gimnasio; después pasamos al Gym Sport hasta aproximadamente 2004-2005 (se para a pensar un rato). Ha pasado tiempo ¿eh? No me acuerdo de las fechas (se ríe) Y de ahí a lo que tenemos ahora, el ABP, en el que trabajamos mayoritariamente kickboxing. Han sido muchos años para llegar a donde estamos.

¿Es usted de los que se llevan los problemas a casa? ¿O hace borrón y cuenta nueva cuando sale por la puerta? 
Uf, imposible pasar pagina. Claro que te lo llevas a casa. Coges cariño a los chavales. Imagínate, tengo una niña que empezó conmigo cuando tenía cuatro años. Prácticamente se ha criado aquí conmigo. Esa niña ha sido cuatro veces campeona de España. 

Hablando de eso de llevarse los temas deportivos a casa, ¿ha probado a que le convaliden la carrera de psicólogo? Porque supongo que hará de ello a la vez. 
Sí, tengo que tener demasiadas carreras ya (se ríe). Psicólogo, pedagogo, médico... hago de todo. 

Esto en sus tiempos no había ¿no? ¿Qué recuerda de sus años de competición? 
Desde luego que las cosas han cambiado mucho. No sabría decirte si para bien o para mal, simplemente es diferente. 

Tengo que tener demasiadas carreras ya. Soy psicólogo, pedagogo, médico... Hago de todo

Ha de tener historias para no dormir… 
Uf, un montón. Yo competí a nivel internacional. Conseguí varios títulos nacionales, pero es verdad que hace 30 años eran otros tiempos. En mi época éramos más duros. Yo he llegado a competir con una mano rota, una costilla fisurada… Hoy en día se tiene mucha más protección. A un chaval en cuanto hay un poco de sangre le paran la pelea. Repito que eso no es mejor ni peor, es diferente. 

Los tiempos han cambiado. ¿Los echa de menos? 
Sí, yo lo echo de menos. Los chavales no saben lo que es la dureza. Se ha ido perdiendo la esencia. A mis chavales les cuento las batallitas de mi época. Los pobres se asustan a veces. Les digo que yo soy de esa época en la que se formaban peleadores rocosos. Antes los deportistas de contacto eran rápidos, duros y técnicos, eso sí, te retirabas a los 30. Para esa edad estabas ya para la jubilación casi (se ríe). 

¿Volvería a esos tiempos? 
Creo que ahora no serían iguales. No creo que funcionase. Eran otras épocas. Yo echo de menos el taekwondo en el que había 20 KOs, había mucho espectáculo. Ahora eso no existe. 

Por lo que veo le va la marcha, se siente integrado en el jaleo. ¿Tiene cuerda para rato? 
!Ui!, sí. Seguimos fuertes. Para jubilarme a mí aun queda mucho (se ríe). Todavía tengo mucha guerra que dar. No sé si algo nuevo que enseñar o que me enseñen a mí.

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