Una 'jungla' con muchas incógnitas

No logró el objetivo. Y a partir de agosto, tendrá que luchar en una jungla de 90 equipos por volver al tercer escalón del balompié nacional. Y es que la nueva Segunda RFEF será una Segunda B tradicional todavía más ampliada, con cinco grupos, en la que la única parte positiva será que un total de diez conjuntos celebrarán el salto de categoría dentro de un año. Esta decena de ascensos es uno de los pocos aspectos que ya está definido, ya que de Primera RFEF bajarán cinco escuadras de cada grupo y se deberán reponer con los mejores del curso en Segunda.

Pero más allá del número de equipos y las plazas que otorgarán el salto de categoría, el Pontevedra no conoce nada más de su nueva competición. Ni el formato de ascenso (se habla de que los cinco campeones subirán directos), ni cuántos equipos se clasificarán para el play-off, ni cómo será ese play-off. Por no conocer, todavía no conoce ni el número de fichas que tendrá disponibles y el cupo de sub-23 obligatorio. En Primera RFEF serán ocho de los 22, aunque no es obligatorio cubrirlas todas.

De hecho, a estas alturas, el conjunto granate todavía espera a 13 equipos más para completar el cupo de los 90 que estrenarán la nueva cuarta categoría. Y es que a día de hoy, Galicia, Cantabria, País Vasco, Navarra, Cataluña, Baleares, Murcia, Extremadura, Castilla y León tienen todavía una plaza de ascenso por determinar en Tercera División. A su vez, Canarias y Andalucía (la comunidad está dividida en dos grupos) todavía deben otorgar dos ascensos a Segunda RFEF.

De esta forma, la categoría estará compuesta por 54 equipos que ascienden desde Tercera y 36 que descienden desde la próximamente extinta Segunda B. Y es que el hecho de que la Real Federación Española de Fútbol otorgase a cada uno de los 18 grupos de Tercera tres plazas de ascenso llenará de muchos conjuntos con escasa o nula experiencia en Segunda B o superiores la división. Así, el PCF se tendrá que acostumbrarse a competir con escuadras como el Ceares, el Cayón, el Intercity, la AD San Juan, el Atlético Mancha Real, el Montijo o el Calvo Sotelo Puertollano. Algunos de esos podrían ser enemigos por proximidad geográfica, aunque esta división todavía no está definida. Una posibilidad que permitiría cerrar un hipotético Grupo 1 sin dividir comunidades sería la de juntar a los gallegos con los asturianos, cántabros y riojanos.

A día de hoy, lo único que parece evidente es que el Pontevedra compartirá grupo con los otros cinco gallegos. A Compostela y Coruxo, con los que ya ha coincidido este curso, se le unirán Arenteiro y Bergantiños. El sexto saldrá del play-off en el que están inmersos el Arosa, el Polvorín, el Somozas, el Choco y el Estradense.

Junto al gallego, once grupos de Tercera no han definido todavía todavía sus plazas de ascenso. A punto de cerrar sus plazas están Andalucía (Antequera o Málaga B y Xerez o AD Ceuta), Extremadura (Coria o Diocesano), Murcia (Mar Menor o Cartagena B), Cataluña (Cerdanyola o Sant Andreu), Castilla y León (Burgos B o Mirandés B) o País Vasco (Sestao o Urduliz).

Así, la categoría quedará compuesta por un conglomerado de equipos con menos nombres ilustres que en Segunda B. Tan solo quedan los Arenas de Getxo, Lleida, Terrasa, Hércules, Real Murcia, Córdoba, Numancia o Salamanca. Algunos de ellos grandes venidos a menos. Otros, grandes cocos.

En cuanto a los filiales, por el momento ya hay once confirmados –contando a la Real C–. Los habituales del Madrid, Barça, Celta, Villarreal o Athletic están en categorías superiores y dejan sitio a los hermanos menores de Logroñés, Leganés, Las Palmas, Huesca o Racing de Santander.