El Pontevedra sufre para derrotar a un Alondras superior (0-1)

Kevin Levis salta con Casás en una acción del partido de ayer
photo_camera Kevin Levis salta con Casás en una acción del partido de ayer

El Pontevedra forzó cinco córners seguidos y ganó el partido. Se desconoce cuál de los dos logros del equipo granate es más sorprendente. El once de Manu Fernández se llevó los puntos de Cangas, pero hizo pocos méritos para ello. El Alondras es su otro equipo fetiche. Siempre le gana. Pero a diferencia del As Pontes, conjunto al que también ha derrotado en todos los envites que los han medido desde que cayó a su actual categoría, el Alondras siempre pierde de forma exigua a injusta.

Y ayer otra vez. Se desconocen los motivos científicos por los que el Pontevedra siempre juega mal y siempre gana frente al cuadro rojiblanco. Pero así es. La pelota fue de propiedad local, el único once que combinó con algo de criterio fue el Alondras, el que estuvo en campo contrario la mayor parte del tiempo fue el bloque de Tomé y el que se aproximó con más frecuencia al área, por supuesto, también.

Pero el Pontevedra está por encima de todo eso. Es un once que casi nunca juega bonito, pocas veces encandila y suele acabar ganando. Se le puede exigir más en cuanto a elegancia en el triunfo, pero no en cuanto a suma de puntos.

El aficionado aséptico -si es posible la combinación de afición y asepsia-, sin embargo, habrá detectado cierto cambio en el fútbol granate de los últimos tiempos. Nunca ha sido brillante el bloque de Manu, pero recientemente se ha tornado preocupantemente austero. En Cangas estuvo más cerca del empate y de la derrota que del triunfo, pero al final apareció Kevin y los puntos se fueron al fondo de la ría.

El envite ante el Betanzos incide en la misma inquietante idea: las acusadas dificultades de los pontevedreses para convertir en arte su actuación y en goles su trabajo.

Mientras eso no cambia, es conveniente para sus intereses salvar los puntos, aunque para ello deban converger la mejor combinación del equipo, un resbalón de un central y la magnífica finalización de un delantero, en esta ocasión Kevin Levis.

Los primeros diez minutos fueron un breve riego de agua en el desierto. El Pontevedra empezó atacando y hasta pudo marcar en un balón muerto dentro del área que Yago, ayer como lateral derecho, tardó demasiado en decidir rematar.

El Pontevedra perdió a partir de entonces la pelota y cada vez se sintió más incómodo con ella, mientras que el Alondras, al contrario, se veía más firme en sus propósitos y era capaz de combinar, profundizar y alcanzar el área granate.

Eso sí, su final era siempre el mismo: centros a Edu. El portero, muy seguro por alto, fue otro de los destacados ayer.

Después de varias llegadas tímidas del Alondras, se produjo la oportunidad más peligrosa de los locales en el primer período. Iago puso un centro medido en la cabeza de Joni, que cruzó demasiado su remate y dejó con vida al Pontevedra.

Manu Fernández reforzó el centro del campo de su equipo al comprobar la superioridad que el Alondras había adquirido en esa zona. Cortó la hemorragia durante un tiempo, pero la herida siguió sangrando tras el descanso... a borbotones.

La segunda gran ocasión del Alondras, que a pesar de someter al Pontevedra no lo puso en grandes apuros, partió de las botas de Nano. Una transición alondrista concluyó en pies del zurdo, que regateó, se perfiló y envió el cuero al lugar donde volaba Edu para realizar una gran palomita.

En pleno dominio local, llegó la acción del tanto de Kevin Levis, ese chico que nunca escatima pelea ni acierto en el área, aunque carezca del talento de otros virtuosos lejos de ella.

Después de un esfuerzo mal pagado, el Alondras se quedó a oscuras. El Pontevedra se replegó completamente y apenas sufrió dificultades para llegar al final del duelo. La única noticia desagradable fue la lesión de Kevin Presa, que se hizo daño en el tobillo y la rodilla y podría pasar a engrosar la lista de bajas que tiene el conjunto granate en el tramo final de la temporada.

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