Todo era maravilloso en el Pontevedra Club de Fútbol hasta que en el entrenamiento del jueves, Kevin Presa hizo saltar las alarmas. El centrocampista de Ponteareas notó un pinchazo en una frenada y se echó la mano al músculo isquiotibial de su pierna izquierda. Presa no pudo rematar la sesión y, teniendo en cuenta la proximidad del choque ante el Unión Adarve y el momento de la temporada, el club programó para esa misma tarde una ecografía.
El resultado de la prueba médica reveló que el futbolista padecía una "pequeña rotura fibrilar a nivel proximal de la citada musculatura (el isquiotibial) con un pequeño hematoma". Asimismo, el parte indicaba que el jugador será baja este fin de semana y que será su respuesta a tratamiento la que marque su regreso a la competición.
De este modo, en el mejor momento de la temporada, el Pontevedra pierde a uno de sus jugadores más importantes. No en vano, el mediocentro es el tercer futbolista más utilizado por Luismi, por detrás de Edu y Víctor Vázquez.
Pese al inconveniente, no se descarta su presencia en el partido de dentro de una semana en Las Palmas, ya que las sensaciones del jugador hacían prever una dolencia más grave.
Aun así, el técnico del conjunto granate, Luismi Areda, que ya sustituyó al jugador el pasado jueves ante el Rápido por molestias en esa zona (de las que se recuperó y que no le impidieron entrenar), quiso ser precavido este viernes: "Es una baja sensible porque venía jugando habitualmente, pero se ha visto que cualquier compañero que entre está jugando a buen nivel, por lo que estamos más tranquilos. Con él no nos vamos a volver locos. Seguramente sea baja más de un partido. Habrá que ver cómo evoluciona".
Todo apunta a que el preparador apostará por devolverle mañana la titularidad a Berrocal, clave durante la primera vuelta.
