Jaque a la adversidad

Tres maestros del club viajaron a un campamento de exiliados sirios para participar en un proyecto solidario y fomentar los beneficios del ajedrez
Miembros de la Escola Xadrez Pontevedra viajaron a un campo de refugiados en Jordania para fomentar el ajedrez
photo_camera Miembros de la Escola Xadrez Pontevedra viajaron a un campo de refugiados en Jordania para fomentar el ajedrez

La grandeza del deporte a veces no se mide en trofeos, medallas o títulos, sino en historias inspiradoras que lo elevan a las más altas cotas de las disciplinas humanas. Este es el caso de la iniciativa ‘Ajedrez, estratega por la paz’, un proyecto solidario en el que participaron la Escola Xadrez Pontevedra, el Concello de Pontevedra y Acnur, para acercar el deporte del ajedrez a los refugiados del campo de Azraq, en Jordania.

La expedición pontevedresa contó con la presencia del presidente de la entidad ajedrecista, Daniel Rivera, bien secundado por el maestro internacional Pablo García, y la monitora y psicóloga Alba Piay, quien tuvo un papel importante en el acercamiento a los más jóvenes del campamento. Durante una semana los maestros pontevedreses sentaron las bases de una escuela de ajedrez para todos los refugiados, tanto niños y niñas como hombres y mujeres adultos de los cerca de 38.000 exiliados sirios que buscan asilo en este campo huyendo de la guerra que asola su país.


Los miembros de la escuela pontevedresa distribuyeron 140 kilos de material: libros, tableros, etc.


Los miembros de la escuela pontevedresa también llevaron 140 kilos de material deportivo donado por diversas asociaciones, entre el que destacaron los juegos, los cuadernillos de iniciación para los más pequeños y los libros de formación para los monitores, junto a cuatro tableros adaptados que fueron aportados por la Once para felicidad de los jóvenes invidentes de Azraq y la emoción de sus familiares. Según Rivera, estos tableros son la herramienta perfecta para que estos niños puedan aprender, desarrollar y participar con los demás de una actividad deportiva tan completa, subrayando así una de las grandezas del ajedrez como elemento integrador.

Y es que para Rivera la clave del proyecto era "crear esa escuela que llevase el ajedrez allí dadas las posibilidades que tiene este deporte, sobre todo desde el punto de vista terapéutico". Para este gran maestro, "el ajedrez es una herramienta terapéutica de máximo nivel. En primer lugar porque te abstrae y te quita esa ansiedad previa, pensando y ‘luchando’ contra tu contrincante. Son momentos de juego que les libran de la pesadilla sufrida antes. Esa gente está allá en un lugar seguro, pero con la esperanza de volver a sus casas", revela Daniel Rivera.


La escuela de ajedrez creada fue todo un éxito participativo entre los refugiados de Azraq


A los miembros de la expedición gallega les impactó sobremanera la pericia de algunos de sus jóvenes alumnos, que con una ilusión desmesurada aprendieron rápidamente la dinámica del juego. A los maestros también les impresionó el gran nivel ajedrecista de los refugiados. "Había aficionados, incluso maestros y un campeón de Siria, además de gente adulta con ganas de aprender. Nos sorprendió mucho la afición que había al ajedrez, pero también nos chocó que viniera a la escuela tanta gente diferente del campo, porque es un campamento de muchos kilómetros más grande que Pontevedra", rememora Rivera.

A día de hoy, la escuela pontevedresa está trabajando para la continuidad de la escuela de ajedrez del campo de Azraq, la cual "fue un gran apoyo para ellos". De hecho, están ofreciendo una serie de charlas por los colegios de Pontevedra a fin de concienciar a los más jóvenes sobre la situación actual de los refugiados sirios.

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