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La euforia granate conquista el alba

El Pontevedra celebró el ascenso a Segunda B con su afición en la Praza do Teucro, en una fiesta que para algunos duró toda la noche ►Diario ofrece hoy, en su edición impresa, un especial con todos los detalles de una jornada histórica

El Pontevedra conquistó el ascenso y el alba en una noche mágica en la que los deportistas, técnicos y miembros del consejo de administración del club celebraron con la afición el histórico salto de categoría a Segunda División B. La fiesta se prolongó durante toda la noche y los más atrevidos incluso vieron amanecer la ciudad. La ocasión lo merecía.

Después de derrotar al Haro en el campo de Pasarón, los jugadores se dieron un baño de masas, hicieron catar las duchas del campo a la presidenta Lupe Murillo y el entrenador Luisito, se asearon y se dirigieron al Pazo da Cultura, donde superada la una de la madrugada tuvieron una cena acompañados por los dirigentes de la institución, los miembros del cuerpo técnico, los voluntarios, los empleados del club y los acompañantes y familiares de todos ellos.

Hubo tiempo para los brindis, las bromas, los reconocimientos y las felicitaciones. El champán, el vino, la cerveza y otros licores corrieron como la pólvora y, en medio de la euforia creciente y las ovaciones entre los protagonistas, el fisioterapeuta Manu Barros se erigió en el centro de las miradas con un divertido monólogo de diez minutos de duración en el que, ataviado con una peluca y una americana, imitó los discursos, los gestos y las expresiones de Luisito de forma magistral.

Tras las carcajadas, fue el momento aprovechado por Lupe Murillo para poner orden y enviar a los gladiadores a la Praza do Teucro, para que allí se diesen el segundo baño de masas de la noche con la afición.

Varios cientos de seguidores esperaron a sus ídolos. Cuando los futbolistas llegaron, los cánticos comenzaron. Jorge Rodríguez fue portado en hombros por los fieles pontevedreses. El autor de dos de los tres goles del choque ante el Haro y gran protagonista del play-off del ascenso acabó manteado, al igual que Luisito.

Uno a uno, los hombres más carismáticos del equipo recibieron la recompensa en forma de cariño de su gente. Por supuesto, Luisito y Lupe Murillo no fueron ajenos a ese reconocimiento.

También hubo momentos para el recuerdo de Roelio, con Kiko Volta de fiesta con todos los fans del personaje que nadie ha encarnado como él.

Unos fastos por todo lo alto para celebrar un nuevo ascenso del club pontevedrés a la categoría que nunca debería haber dejado.

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