La guerra de las licencias

Las federaciones deportivas autonómicas están en pie guerra contra el Consejo Superior de Deportes. La principal causa es la puesta en marcha de la licencia única con la reforma de la Ley Española del Deporte, pero el conflicto ha aumentando como consecuencia de lo que consideran una falta de talante y predisposición de ese organismo, especialmente de su directora general, Ana Muñoz , a la que algunos presidentes, en conversaciones privadas, descalifican duramente.

Una de las principales novedades de la Ley Española del Deporte (que se está tramitando) es que en el momento que entre en vigor, en el caso de hacerlo en los términos que promueve el CSD, las licencias deportivas pasarán, en su totalidad, a depender exclusivamente de las federaciones nacionales , mientras que hasta ahora las que correspondían a competiciones regionales son responsabilidad de los organismos autonómicos, aunque dependiendo de la modalidad hay excepciones.

A pesar de que el conflicto es como consecuencia de las licencias únicas, lo que existe es una guerra por el control del deporte porque las federaciones regionales pasarían a ser delegaciones de las nacionales, no en vano hay algunas -varias de las de caza- que no están asociadas a las federaciones estatales, como fue el caso, durante un tiempo, de la de fútbol sala.

En la actualidad las federaciones regionales son las responsables de las licencias autonómicas -con todo lo que ello conlleva- y se encargan de tramitar las que corresponden a competiciones que no son organizadas por ellas. A partir de la nueva ley esa responsabilidad es de las estatales, que en cada temporada transfieren las cantidades pactadas a sus ‘delegaciones’. Y ahí radica el problema, porque de esta manera los organismos regionales se quedarían sin poder e incluso sin la posibilidad de obtener sus recursos competitivos sin depender de otros.

Uno de los argumentos de las federaciones regionales es que esa propuesta es ilegal porque el deporte está transferido a las comunidades autónomas y consideran que esa fórmula sería una absoluta ingerencia .

Las federaciones regionales consideran que esta propuesta es una cesión a los organismos nacionales y una compensación debido al considerable recorte de las subvenciones que les otorga el CSD desde la llegada de Miguel Ángel Cardenal a su presidencia, no en vano en el último año se han puesto en marcha una serie de iniciativas para potenciar el deporte federado e incluso de control de competiciones que no son auspiciadas o promovidas por ellas.

Desde el CSD se explica la medida como la forma de facilitar el trabajo a los deportistas, no en vano hay deportes -automovilismo- en los que un practicante tiene que tramitar dos licencias diferentes -con el coste que eso significa- para poder hacer todo el calendario de pruebas que se desarrolle en su región.

El último capítulo del enfrentamiento se vivió en la mañana de ayer en la reunión que mantuvo una representación de las federaciones territoriales y la directora general de Deportes y que estuvo a punto de no celebrarse porque Ana Muñoz solamente quería recibir a dirigentes gallegos, que son los que están liderando este rechazo.

Unas horas antes, la dirigente del CSD informó a Hornillo de que solo lo recibiría a él y a sus colegas en el caso de que fueran gallegas, a pesar de que con anterioridad, y por escrito, les animó a verse con ella y así no celebrar la asamblea informativa que el pasado sábado tuvo lugar en Madrid y a la que asistieron dirigentes de la mayoría de las federaciones regionales. Siendo conscientes de esa situación, los federativos optaron por acudir igual y cuando llegaron fueron recibidos por personal del CSD que les informó de que el encuentro no se llevaría a cabo , lo que provocó varias conversaciones muy tensas , tras las cuales, finalmente, se desarrolló una reunión que las federaciones calificaron de decepcionante.

Tanto de conversaciones privadas como de la carta remitida por Muñoz a Isidoro Hornillos el 31 de enero se obtiene la conclusión de que la intención del CSD es considerar el conflicto como algo puntual con Galicia e incluso en ese documento la directora general de Deportes acusa al presidente de la Federación Galega de Atletismo de hacer perder el tiempo a sus colegas.

Esa carta, de cinco folios, y escrita en unos términos muy duros, asegura que la postura que defienden las federaciones no se corresponde con la realidad e incluso acusa al secretario xeral para el Deporte, José Ramón Lete Lasa, de no informar al CSD de la postura de las federaciones gallegas, a pesar de haber mantenido una reunión con ellas a mediados del mes de diciembre del pasado año. Las posturas actualmente están muy distantes y las federaciones aseguran que van a continuar con su lucha para que no entre en vigor la reforma legislativa, por lo que tienen previsto reunirse con todos los grupos parlamentarios y han asegurado que tratarán de recurrir al presidente del Gobierno español.

HACE ocho días el fútbol sala de la comunidad perdía a Luis Pena , fundador de la Federación Gallega, de la que fue presidente durante mucho tiempo hasta que una cruel enfermedad le alejó de la actividad diaria.

Durante sus muchos años de gestión, Pena luchó por la independencia del fútbol sala a nivel gallego y nacional. Fue uno de los hombres fuertes de la Asociación Nacional, una postura que le generó muchos enfrentamientos cuando, en 1989, muchos de los clubes de la Federación Española de Fútbol Sala se unieron a la Real Federación Española, propiciando el nacimiento de la Liga Nacional para unificar este deporte. Pena no dejaba indiferente a nadie, tenía partidarios y detractores, pero lo que sí es cierto es que amaba su deporte.

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