Luismi desmonta la mentira de la posesión

El entrenador del Pontevedra pretende que su equipo lleve la iniciativa frente al Valladolid B, pero recuerda que la propiedad del cuero carece de sentido si no sirve para generar peligro

Luismi, con el balón bajo el brazo en un entrenamiento en A Xunqueira. DAVID FREIRE
photo_camera Luismi, con el balón bajo el brazo en un entrenamiento en A Xunqueira. DAVID FREIRE

Desde que el Barcelona que dirigía Josep Guardiola dejó boquiabierto al mundo del fútbol con una sucesión de exhibiciones que lo llevaron a ser considerado uno de los mejores equipos de la historia, el debate sobre la utilidad de la posesión se ha instaurado en los bares, las tertulias, los medios de comunicación, las redes sociales, los vestuarios y las salas de prensa.

En la jornada previa a la disputa del partido de la cuarta jornada de liga del grupo I de Segunda B, entre el Valladolid B y el Pontevedra, en el que la iniciativa a través del empleo del esférico puede ser un factor muy relevante, Luismi ha querido sumarse a la dialéctica. El preparador vigués ha desmitificado el poder de esa herramienta y la ha dotado de contenido. "Si puedo llegar a la portería contraria en tres toques, mejor que en cinco", sostiene el responsable de dirigir al Pontevedra, al que los árboles no han impedido ver el bosque: el placer por el tiki-taka no supone un fin en sí mismo. Es un medio para alcanzar el único objetivo importante, el triunfo.

"Tener la posesión del balón no garantiza que vaya a ganar tu equipo, y vosotros lo sabéis", aseguró el responsable del banquillo de Pasarón en la rueda de prensa previa al duelo del fin de semana.

Luismi acepta matices. No quiere que su Pontevedra suene monocorde, ni que se sienta desamparado cuando no disponga de la bola

A partir de ahí insistió en una de las grandes verdades del balompié. "Muchas veces tienes la pelota menos tiempo que tu rival, pero eres más efectivo".

El ejemplo más cercano se produjo hace dos semanas, cuando el PCF se quedó con los tres puntos a pesar de estar medio partido con todos sus hombres por detrás del cuero. "Fue lo que nos sucedió contra la Cultural".

El entrenador granate sabe que "el objetivo cuando dispones del esférico es profundizar, llevarlo de un lado a otro para encontrar espacios, hacer daño al rival, castigarlo".

De tal manera, el Pontevedra de Luismi tiene claros sus principios, la base sobre la que se quiere construir. "Siempre que juguemos en casa... y fuera, querremos tener el protagonismo mediante la iniciativa con el esférico, pero para ser verticales y profundos. No se trata de tener la pelota por tenerla o para que la gente diga qué bonito juega el Pontevedra", aclara a ese respecto.

También admite que en ocasiones el ritmo cambiará. Habrá momentos para defenderse teniendo el balón, otros para poner calma y algunos "en los que el rival estará bien organizado y deberás mover el cuero con más pausa para poder desorganizar al adversario".

Luismi acepta matices. No quiere que su Pontevedra suene monocorde, ni que se sienta desamparado cuando no disponga de la bola. "Si no la tienes, lo mejor es defender bien para poder salir al contraataque, sorprender al rival y pillarlo desorganizado para intentar hacer gol".

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