La permanencia más cara en la Tercera División

El Villalonga, el Céltiga, el Choco, el Ribadumia y el Alondras afrontan el tramo final de la lucha por la permanencia en Tercera División más igualada de las últimas décadas
David Sierra
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La Tercera División gallega afronta la lucha por la permanencia más abierta e incierta de las últimas décadas. Siete puntos separan al noveno clasificado, el Villalonga (43), del decimoséptimo, el Castro (36), a falta de siete jornadas para la conclusión de la temporada.

A esa igualdad hay que sumar la incertidumbre generada por el clásico conflicto provocado por los descensos en cascada. Y es que el Somozas, colista de Segunda B que regresará a Tercera a final del campeonato si un milagro no lo remedia, podría provocar un quinto descenso. Si además el Boiro no es capaz de reconducir su situación y huir de la zona de descenso de la categoría de bronce, el sexto por la cola de Tercera también podría verse abocado al descenso.

La situación afecta a cinco conjuntos de la provincia de Pontevedra: el Villalonga, el Céltiga, el Choco, el Ribadumia y el Alondras. Los tres humildes equipos de la comarca de O Salnés están compitiendo con la sensación de estar realizando una gran campaña que, sin embargo, no les garantiza todavía la continuidad en la competición.

Siete puntos separan al noveno, el Villalonga, del decimoséptimo, el Castro, a siete jornadas para acabar la Liga


El Choco, que lleva coqueteando con los puestos de descenso desde el comienzo de la campaña, ha reaccionado en los últimos tiempos, lo que le ha permitido salir del territorio oscuro.

No le va tan bien al Alondras, que va por su tercer entrenador de la temporada, Nacho Fernández Pacios, y no acaba de coger velocidad de crucero para poner tierra de por medio con el cuarto por la cola, el Castro.

Los tres últimos están desahuciados: el Órdenes lo está matemáticamente, mientras que el Dubra y el As Pontes no tardarán en acompañarle.

El objetivo inicial de los nueve equipos que todavía deben garantizar su continuidad (los cinco pontevedreses, el Barbadás, el Barco, el Negreira y el Castro) es evitar la décima séptima plaza, que supone el descenso a Preferente suceda lo que suceda con el puzzle de los arrastres. Y es que el efecto de los descensos del Somozas y el Boiro podría ser contrarrestado por ulteriores ascensos a Segunda B, si los hubiere, de los equipos gallegos (el Deportivo B y sus acompañantes en el play-off).

Entre los equipos pontevedreses, parece tener un calendario más propicio, a priori, el Choco, ya que tendrá que jugar contra As Pontes y Dubra, al igual que el Ribadumia, aunque en el caso del conjunto aurinegro también habrá dos durísimos choques ante el líder, el Deportivo B, y el Vilalbés. El tramo final más duro parace el del Céltiga, ya que solo le quedan duelos directos o ante conjuntos que se encuentran peleando por colarse en el play-off.

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