La San Silvestre pontevedresa sigue fiel a todas sus tradiciones. Despide el año corriendo, abarrota las calles de la ciudad a ritmo de récord y siempre gana Víctor Riobó.
Sin embargo, la gran triunfadora de la prueba fue la ciudadanía, que con su implicación logró un nuevo registro de participación. De los cerca de 4.500 inscritos, 3.757 recogieron su dorsal para correr (algo más de 2.900 lo hicieron en 2013, cuando se estableció la anterior plusmarca).