La simbiosis del perro y el gato

Javi Pazos y Arruabarrena, una de las parejas de moda de la Segunda B, desmienten el mito de la rivalidad entre delanteros con una excelente relación dentro y fuera del campo

Que los perros invierten gran parte de su vida en persecución de los gatos es tan cierto como que los delanteros de un mismo equipo se producen alergia. Ambos aforismos encuentran en Pontevedra sus respectivas excepciones. Hay felinos y canes que son pura harmonía y delanteros que viven en perfecta simbiosis con su vecino. Es el caso de Milka y Silvestre, una perra y un gato que conviven a orillas del Rons, en Cerponzóns, y que este jueves conocieron a Javi Pazos y Mikel Arruabarrena. El de Marín y el de Tolosa son la excepción a la regla, la pareja de goledadores de moda del fútbol de bronce, una forma de entender el balompié en la que la cooperación hace más grande a cada uno de los individuos y a la suma de ambos.

Tanto Pazos como Arruabarrena son conscientes de que "no te tienes que enfadar con el compañero por el hecho de que juegue uno u otro". Esa manera de ver la realidad les ha permitido conectar desde el primer día y entenderse a la perfección fuera y dentro de la cancha.

Mikel Arruabarrena, delantero del PCF: Él es más joven y es su primer año en Segunda B y yo soy veterano y vengo más tranquilo. Nos respetamos

"Él es más joven y es su primera temporada en Segunda B y yo soy más veterano y vengo más tranquilo. Nos respetamos", advierte el futbolista vasco, que no siempre ha tenido tanta sintonía con otros delanteros como ahora con Javi Pazos. "He estado en muchos equipos y es cierto que la relación con los compañeros que juegan en tu puesto no suele ser buena, ya que lo que beneficia al uno suele perjudicar al otro".

Pero no es el caso. De hecho, desde el primer día no han dejado de colaborar, como revela el propio Javi Pazos. "Cuando él estaba lesionado y yo jugaba, me ayudó mucho. Al acabar las primeras partes me aconsejaba sobre qué hacer. Yo le hacía caso. Sinceramente, debo darle las gracias", revela Javi Pazos mientras juega con Milka, la perra que se deja acariciar por las zarpas del gato Silvestre.

Javi Pazos, delantero del PCF: El gol de Bouzas estaba hablado. Mikel me dijo ‘rompe al primer palo’. Llegó por detrás y lo metió

La mejor gratitud de Pazos es facilitarle el trabajo a su compañero. Las estadísticas revelan que cada vez que juegan juntos, Mikel es más eficaz. El vasco ha logrado cinco de sus siete tantos con él a su lado. "Se ha demostrado que somos dos delanteros complementarios. Yo me aprovecho de sus virtudes", reconoce el atacante vasco.

El caso más claro fue el gol que logró en Bouzas, en una jugada maravillosa concluida con un movimiento sin balón al primer palo de Pazos, que dejó solo a Arruabarrena. "Estaba hablado. Él me dijo: 'Javi, rompe al primero'. Llegó por detrás y lo metió. Nos entendemos muy bien. Creo que se nota. Cuando jugamos los dos arriba hacemos un trabajo diferente", sostiene el marinense.

Por primera vez, contra el Castilla, los dos marcaron en un mismo encuentro. "Doble felicidad".

Arruabarrena: Es de los vestuarios más humildes que he visto. Siempre hay un compañero para ayudarte. Es vital. Eso suma puntos

Javi Pazos: Cuando él estaba lesionado y yo jugaba, me ayudó mucho. Me aconsejaba en el descanso. Debo darle las gracias

Aunque una década los distancia, su personalidad los une. "Ahora estoy mucho más tranquilo que cuando era joven, que me sacaban 15 tarjetas en liga. Una locura. Era carácter puro", explica Arruabarrena.

"Fuera del campo estoy todo el día riéndome, pero cuando hay tres puntos de por medio, me sale el carácter", aclara su pareja de baile. "Mikel es así dentro y fuera del campo. Tiene muy 'mala uva'". Y es que no hay peor síntoma para la salud de un equipo que futbolistas conformistas ante la suplencia, el error o la derrota.

El delantero vasco apunta un par de claves para saber hasta dónde llegará el Pontevedra. "Tenemos un equipo para pelear por los cuatro primeros, pero quiero verlo en los momentos clave, porque tenemos mucha gente sin experiencia en play-off. En Fuenlabrada supimos superar una situación límite".

La otra clave es la cohesión del colectivo. "Es de los vestuarios más humildes que he visto. La gente no tiene ego, es trabajadora. Si estás mal, siempre hay un compañero para ayudarte. Es vital. Eso suma puntos".

*Foto de JOSÉ LUIZ OUBIÑA

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