Las escopetas y los rifles vuelven a resonar en los montes de Pontevedra

Una cría de jabalí corre en un bosque. Rafa Fariña
photo_camera Una cría de jabalí corre en un bosque. Rafa Fariña

Se abrió la veda, unos dicen, que ya era hora y otros aún dudan de que esto sea una medida que beneficie a los cazadores y a la naturaleza. La realidad es que desde el pasado 16 de agosto los aficionados a la caza mayor y en concreto a la de jabalí en la provincia ya han desenfundado sus armas y los perros han empezado a latir en el monte.

Sin embargo, pese al comienzo de la temporada de jabalí, acompañada de la de corzo una semana después, no todas las cuadrillas pontevedresas se han echado aún al monte. Es muy temprano y el calor del verano hace que los perros sigan peor el rastro, y además por estas fechas las crías de los jabalíes son aún pequeñas. Normalmente por estas fechas, cuando la temporada aún no se ha iniciado, la caza del jabalí solo es legal realizarla con permiso de la Xunta y a partir de los daños causados en explotaciones agrícolas.

«En la zona de Pontevedra no ha habido tantos daños agricolas, de hecho cada año hay menos jabalí», señala Álvaro Fontenla, mejor perrero de Galicia en 2008 y 2010, quien se muestra decidido y no empezará a cazar hasta septiembre y solo en batidas a jabalí, el corzo es otra cuestión.

Fontenla se dedica a enseñar a los perros a que solo sigan el olor del jabalí. Sus canes son un ejemplo, pero para enseñar a un perro esta labor no puede permitirse llevarlos a cacerías de corzo o mixtas en los que se maten ambos animales. Cuando un can en una cacería llega al punto donde han abatido el animal al que perseguían, este muerde el cadáver con rabia recuperando sus antiguos genes de lobo, si el animal no es un jabalí, esto confundirá al perro y hará que en próxima ocasiones persiga a otros animales con la misma rabia.

Hay dos formas de cazar jabalí en cacería en pontevedra, «la primera es la de cerrar la mancha - rodear de cazadores el lugar elegido - e introducir un grupo de perros dentro para que mueva a los jabalíes», explica Fontenla, que se opone a esta práctica. «Nosotros somos un pequeño grupo de cazadores, antes de cerrar la mancha, el perrero recorre los caminos y localiza a los animales, se les sigue un poco el rastro para saber si es uno solo, si son varios o si es una hembra con crías», explica el campeón gallego, que en el último de los casos evita molestar al animal. «Una vez localizados los animales, que tienen una particular forma de llegar al encame porque son muy cuidadosos, por lo que recorren por encima su propio rastro y hacen un ocho, se cierra la mancha y soltamos a los perros», acaba su explicación Fontenla.

Los perros del pontevedrés son azules de Gascuña, «me gustan porque desde que los tengo no ha habido muchos problemas con los jabalíes», señala el cazador. Se trata de una raza de pelo oscuro, con un latido muy fuerte, que le ayuda en su pulso con el jabalí, que muchas veces en la persecución ataca a los perros, con consecuencias fatales para los canes.

LA EXPLOTACIÓN

«Cada vez hay menos conejo y también jabalí, este año no se ha parado de cazar», denuncia Fontenla, que fuera de los prejuicios sociales sentencia, «matar por matar es pan para hoy y hambre para mañana». Este pontevedrés lo tiene muy claro, aunque reconoce que en los casos en los que hay daños a los agricultores se debe actuar.

«Esta temporada se está cazando desde que acabó la pasada en febrero», se refiere no solo a las esperas realizadas en campo de cultivos, sino también a actividades no tan lícitas como puede ser la colocación de trampas como los lazos. A este ritmo la población de jabalí podría verse afectada y más tal y como concluye el campeón gallego «se caza sin mesura y se ponen los perros en montes donde hay jabalinas con crías, simplemente porque hay cazadores que ya han acabado con el conejo y lo único que quieren es matar, sin saber lo que hay en el monte previamente”.

La caza menor comenzará a partir de octubre

La Federación de Caza de Pontevedra, no se olvida de la caza menor, que se abre en esta ocasión en el mes de octubre y que en la provincia tiene como principal objetivo la liebre.

Pese al tardío comienzo de la actividad en este tipo de caza, los aficionados podrán empezar a pisar el monte a partir de septiembre con sus perros, para que estos lleguen en la mejor forma posible al comienzo de la campaña.

En este sentido, la Federación señala que se hará un aviso a todos sus miembros para que estén atentos por si pueden encontrar casos de enfermedad vírica hemorrágica en los conejos.

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