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La Fifa deja sin fútbol a decenas de niños en la provincia de Pontevedra

Decenas de niños extranjeros que viven en la provincia de Pontevedra no pueden jugar al fútbol por culpa del artículo 19. Algunos cuentan con una licencia provisional de la Federación Galega de Fútbol, lo que no les garantiza la definitiva
Algunos de los pequeños afectados del Salcedo posan para Diario de Pontevedra en el campo Príncipe Felipe
photo_camera Algunos de los pequeños afectados del Salcedo posan para Diario de Pontevedra en el campo Príncipe Felipe

Los clubes pontevedreses están sufriendo el nuevo ‘'virus Fifa'’ derivado de la aplicación del artículo 19 del reglamento de la organización internacional. Esta normativa se empezó a aplicar tras la famosa sanción al FC Barcelona y, con el objeto de proteger a los niños de la trata ilegal, se está perjudicando a muchos otros.

Solo en Pontevedra se contabilizan decenas de casos. Numerosos niños menos de edad se quedan sin jugar por no lograr los casi 20 documentos que la Fifa les solicita para darles una licencia federativa. Aunque el artículo 19 data de 2001, se ha empezado a aplicar de forma rigurosa esta temporada.

Según ese artículo, se permiten las transferencias internacionales de menores de edad si los padres cambian de domicilio a la zona del nuevo club o por razones no relacionadas con el fútbol, si la transferencia es dentro de la Unión Europea, el jugador podría trasladarse solo si tiene más de 16 años, pero la entidad tendría que dar ciertos servicios al joven (vivienda, formación académica...). Y por último, podría haber esa transferencia si el futbolista vive en su hogar a una distancia menor de 50 kilómetros de la frontera y el club correspondiente está a la misma distancia de dicha frontera.

"Ningún club pequeño se va a ir a buscar niños a África o a Sudamérica, ya tenemos bastante con sobrevivir"

Álex, coordinador base de Cobres

El principal aspecto que impide a los niños que llegan del extranjero jugar al fútbol es la cantidad de papeles que la Fifa exige para garantizar que han venido a España (o al país que corresponda) por motivos ajenos a ese deporte. Como bien dice Álex, el coordinador de la base de Cobres, "ningún club pequeño se va a ir a buscar niños a África o a Sudamérica, ya tenemos bastante con sobrevivir". Y lo cierto es que la medida está bien para los grandes clubes, pero los pequeños están sufriendo demasiado.

Son los clubes de barrio, los de formación, los que hacen una labor integradora con esos chavales. Y están viendo como su actividad se ve mermada por culpa de esta razón. Lo cierto es que cada caso es diferente, cada niño tiene una historia detrás y una problemática por la que no puede jugar. Hay jóvenes que están escolarizados en España, uno de cuyos padres no logra el permiso de residencia y, por ello, no puede obtener un contrato laboral y sin estas dos cosas el niño no obtiene la licencia.

El Salcedo es uno de los clubes que más ha sufrido este nuevo ‘virus Fifa’. Tiene nueve casos de pequeños que no pueden competir, aunque sí entrenan semana a semana y se esfuerzan porque nunca saben qué fin de semana podrán volver al césped. El club sigue enviando las fichas con los papeles necesarios, variando lo que le solicitan, añadiendo y quitando, para ver si por fin estos nueve chicos pueden vestirse la camiseta de forma oficial.

Lo más curioso es que seis de esos casos están en la categoría cadete. De hecho, el Salcedo solo cuenta con siete fichas oficiales en la categoría, aunque como es un grupo nuevo, de formación, no piensa en los resultados, sino en que estos niños compitan, jueguen y se diviertan. Sin embargo, la Fifa está complicando que esto ocurra.

"Tiene toda la ilusión, va a entrenar todos los días y a los partidos, pero no puede jugar"

Pedro Rodríguez, presidente del Pontecaldelas

El del Salcedo es el caso más exagerado, sobre todo por la diversidad de historias que hay detras, como el del cadete marroquí que se vino a España con sus tíos. Sus padres se han quedado en su país de origen y son sus tíos los que ejercen de tutores legales, pero la Fifa no contempla tutorizaciones, por lo que es muy complicado que consiga la licencia si no hay un cambio de normativa. De hecho tiene el justificante de ingresos, gastos, certificado de escolarización. Tan solo le falta que sus padres vivan con él en Pontevedra, que estén empadronados los tres en el mismo lugar.

En Arcade, por ejemplo, el único caso que hubo encontró solución, pero fue complicado. El club asegura que fue necesario dar muchas vueltas para lograr que un cadete brasileño consiguiese la licencia. Sus padres tuvieron que desplazarse a Portugal para acudir al consulado de su país y obtener los papeles necesarios, con el correspondiente gasto que esto supone.

Pedro, presidente del Pontecaldelas, habló del caso de dos niños etíopes, hijos adoptados de un matrimonio alemán. Ambos son alevines y solo uno puede jugar. "El otro tiene toda la ilusión del mundo, entrena todos los días y acude a los partidos, ayuda al técnio, pero no puede jugar", explica con tristeza. Además, el club tuvo otros dos casos, un infantil y un benjamín extranjeros que sí lograron la licencia definitiva.

Son solo algunos ejemplos de la cantidad de clubes y niños que sufren este problema en Pontevedra. Hay otros en los que no ha pasado, como el ED Poio o el Pontevedra CF, pero si la norma no cambia, las pequeñas entidades seguirán sufriendo. Además, el deporte como forma de integración es una de las más utilizadas y no se le está ayudando.

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