Llegó el gran momento del Arosa, Leis y O Fisgón

Arosa, Leis y O Fisgón afrontan este fin de semana la primera ronda de sus respectivos play-offs después de seis semanas "muy largas" desde el regreso a los entrenamientos 
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photo_camera Rafa Sáez (izquierda), Pili Costa y Mikel Diestro, ayer en los exteriores de Diario de Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Meses trabajando con la ilusión de vivir un play-off, muchas semanas de tristeza e incertidumbre por una pandemia que paralizó el mundo y, de nuevo, el resurgir de la ilusión desde hace seis "largas" semanas (cuando comenzaron a entrenar) con la mirada puesta en el hoy. Este fin de semana, tres de los equipos de Pontevedra y sus comarcas aledañas regresan a la competición. Ven por fin la luz al final del túnel. Y lo hacen con una motivación doble: un ascenso de categoría.

La luz al final del túnel se ve ya para el Arosa, el Leis y O Fisgón. Y el resplandor es más grande que nunca. Porque el balón vuelve a rodar para ellos a nivel oficial, pero lo hace con el contexto añadido de encontrarse en un playoff de ascenso y poder conseguir una de las alegrías más grandes que cualquier deportista puede obtener.

A todos ellos les ha tardado en llegar este momento. Por lo complejo de la temporada. Pero sobre todo, por unos últimos años diferentes para cada uno, pero con el denominador común de no saber lo que es disputar una fase por
subir de categoría. Quien más cerca tiene el recuerdo es el Leis Pontevedra. El equipo de fútbol sala, que llegó a saborear la máxima categoría hace menos de tres lustros, no juega un play-off desde hace seis años. Fue para ascender a Segunda B desde Tercera. Desde entonces, en la categoría de bronce, ha ido reconstruyéndose con sufrimiento. Ahora, el trabajo ha dado sus frutos y aspira a Segunda. "El año pasado nos salvamos en la última jornada. Con momentos muy duros a cinco puntos de la salvación. Le dimos la vuelta y eso a nivel mental ayuda mucho. Yo veo a mi plantilla con una disposición mucho mayor de disfrutar que de sufrir. Percibo ganas, pero no tensión. Esto se ve más como un regalo, como una oportunidad viniendo de donde venimos. Eso puede ayudar mucho", apunta Mikel Diestro, técnico del Leis durante la charla que este Diario mantuvo el jueves con los tres entrenadores.

Mikel Diestro: "El año pasado nos salvamos al final. Esa experiencia nos vale mucho. Esto es un regalo. Percibo ganas, no tensión"

Más travesía en el desierto ha recorrido el Arosa. El conjunto vilagarcián sueña con celebrar sus 75 años en Segunda B. Justo 27 años después de su último ascenso, concurrido en su última promoción. "Si algo me mueve es la responsabilidad de saber que detrás del equipo hay una historia con pasado en Segunda División y Segunda B. Representamos algo más que una sociedad deportiva: representamos una ciudad. La verdad, en lo único que pienso es en ese sentido de responsabilidad y en tratar de trasladar esta sensación a la plantilla para que lo demos todo. Más allá del resultado  final, queremos salir contentos del trabajo realizado y que la gente lo ponga el valor y pueda reconocer el esfuerzo de los jugadores en esta situación tan atípica", admite el pontevedrés Rafa Sáez, entrenador arlequinado.

Rafa Sáez: "Me mueve la responsabilidad. Detrás hay una gran historia. Representamos a una ciudad"

Por su parte, O Fisgón debutará en un play-off. El joven club de origen moañés y ahora con sede en Marín afronta su primera promoción, después de haberse asentado en Segunda. El crecimiento es exponencial, al igual que la
ilusión. Para Pili Costa, entrenadora del equipo, "esto es un sueño cumplido". Ella, con experiencia de jugadora y de entrenadora en luchar por no descender y por subir, tiene claro que las jugadoras deben "disfrutar" con una experiencia que "les haga vibrar por dentro" y no convertirse "en una mochila con carga". 

Pili Costa: "Esto es un sueño cumplido. Queremos que las jugadoras disfruten, que vibren por dentro y que no sea una mochila"

Así, los tres equipos afrontan hoy sus últimos test por Covid antes de saltar al ruedo en la primera ronda por el ascenso. Este viernes le toca el turno al Leis (20.00 horas, Benavente, ante el Albense) y a O Fisgón (17.45, A Coruña, ante Valdetires). El domingo al Arosa, en Vigo, frente al Ourense CF. 

Contagios
Sobre el miedo a que alguno de sus jugadores o jugadoras se contagiase de Covid y pudiese transmitir la enfermedad al resto de la plantilla, los tres entrenadores reconocen que han sido conscientes del riesgo, pero no le han dedicado más tiempo del imprescindible, ya que es un riesgo que no pueden controlar del todo.

En este sentido, Mikel Diestro explica que la pasada semana el Leis tuvo "un susto" porque la hermana de un jugador tuvo que ser ingresada. "Al final fue otra enfermedad. Pero e n ese momento dices: hostias, faltan
nueve días y si la hermana lo tiene, ya estamos todos en cuarentena", apunta el vasco. Pese a ello, apunta que "son situaciones que pueden pasar y tampoco sirve de mucho preocuparse". "En nuestro caso, estoy muy contento. El equipo sabía que había un par de jugadores con personas con mucho riesgo a cargo. Y creo que eso ayuda mucho, en el sentido de mentalidad de equipo. No lo haces por ti, lo haces por las personas más allegadas de tus compañeros. Y creo que en ese sentido, por mi parte, la plantilla chapeau. Sé de comportamientos, de grupos de amigos en los que participan y haber visto a ese grupo y que nuestros jugadores no estuviesen", añade Diestro.

Por su parte, Sáez destaca que ellos también han sido "prácticos". "Pensar en ello no nos iba a ayudar. Ya bastante teníamos con soportar otro tipo de aspectos como para, aún encima, estar con la espada de Damocles de pensar que podías tener algún caso y eso podía tirar todo al traste", apunta. Para el pontevedrés, se trataba de "ser estrictos" en los ámbitos sociales. "Hemos sido respetuosos con los protocolos y hemos tratado de no prodigarnos en reuniones sociales extraordinarias", apunta.

Por último, Costa recalcó la importancia de "cumplir las medidas de seguridad", pero también apuntó a que desde O Fisgón se ha incidido mucho a las jugadoras en recordar que era su responsabilidad "tener cuidado"
fuera del pabellón. "Ellas tenían la conciencia clara de que querían jugar el partido, así que se tenían que cuidarse por ellas y por el resto", apunta la preparadora del equipo marinense.
 

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