Marabal, Meañomar e Inversiones y Gestiones Alimenticias SL se convirtieron el pasado martes en la principal y más poderosa corriente crítica del actual consejo de administración del Pontevedra. El trío de empresas, propiedad de los hermanos Manuel y Luis Abal, de Meaño, acumula el 33,8 por ciento, aproximadamente, de las acciones en que se divide el capital social granate.
Esa fuerza, forjada a lo largo del último año y medio, llevó a los empresarios de O Salnés, representados por el abogado pontevedrés José Luis Tilve, a incorporar un importante punto en el orden del día de la junta del martes por el que solicitaban someter a votación la dimisión del consejo de administración y la elección de nuevos representantes de la sociedad, de forma que se respetase la proporcionalidad del accionariado. A pesar de su voto favorable, con la modesta colaboración de algunos aficionados vinculados a la antigua plataforma crítica de pequeños accionistas, no lograron su propósito de formar un nuevo consejo, pero pusieron boca arriba sus cartas al hacer pública la cantidad de valores de que disponen.
En los últimos meses, Lupe Murillo también ha logrado incrementar su porcentaje de accionariado con algunas compras
La agrupación empresarial de O Salnés ha pasado a ser el mayor poseedor de títulos gracias a un trabajo de acumulación de acciones desde el verano de 2015, cuando Lupe Murillo cumplía un año en la presidencia. En aquel momento los Abal se hicieron con el importante paquete accionarial del que disponía Administradores de Economía SL, sociedad representada por Fernando Gómez y que había adquirido las acciones de Nino Mirón y de Sercoysa, lo que le hacía ser la segunda máxima accionista tras Pescamar.
La acumulación de valores no cesó en ese momento. En los últimos meses han vuelto a moverse en el mercado para intentar hacer más compras. Una de las más destacadas fue la que realizaron a la empresa EC Casas, que llegó a estar entre los siete máximos accionistas después del proceso concursal de 2012, por el cual los acreedores del PCF transformaron la deuda en acciones por el método de compensación de creditos.
Los meañeses también realizaron ofertas en los últimos meses a medianos y grandes accionistas y pudieron incrementar su porción del capital, aunque de forma insuficiente para poder alcanzar la mayoría que les permitiese tener mayoría y acceder al consejo de administración.
El apoyo de Ricardo Tilve y Monbús, entre otros, permite a la actual presidenta mantener su control sobre la sociedad
En el momento de la celebración de la junta de accionistas, el martes, disponían de entorno a 360.300 unidades de las 1.067.000, aproximadamente, en que se divide el Pontevedra CF SAD. Suponen un 33,8 por ciento, de los títulos.
Sus movimientos para hacerse con cada vez más acciones han despertado la desconfianza del actual consejo de administración y su presidenta, Lupe Murillo. La dirigente, que no ocultó su recelo durante la junta de accionistas, también movió ficha para poder incrementar el capital de Conservas Pescamar dentro del Pontevedra Club de Fútbol, con el objetivo de mantener el control de la SAD. Así, también compró una cantidad de acciones de medianos accionistas, que le permitió ampliar las cifras de que dispone y contrarrestar el efecto de crecimiento de los empresarios de Meaño.
Murillo cuenta con el capital de Pescamar, el respaldo de Ricardo Tilve y Monbús, tercer y cuarto accionistas en importancia, y la confianza de la mayor parte de los medianos y pequeños propietarios, lo que le ha permitido ganar la primera batalla para seguir con su proyecto en el Pontevedra.
