Dos años con Diego Ríos en el Levante son la última experiencia de un Luis López-Tulla (Madrid, 1995) que acumula una notable trayectoria en los banquillos pese a su insultante juventud. El técnico del Poio Pescamar analiza lo que está por venir.
Tras cinco semanas de pretemporada y alguna más perteneciendo al club, empieza por fin la liga. Ya tendrá mariposas en el estómago.
Sí, siempre es diferente cuando hay puntos. En los partidos amistosos vives algo cercano a lo que te vas a encontrar, pero la competición ya es otra historia, con puntos y público. Eso genera que el comienzo lo vivamos con ganas. Tenemos la confianza de que hicimos un buen trabajo en pretemporada, así que únicamente tendremos esa especie de ‘nervios’ por querer empezar, nada más.
¿Qué palpa del equipo?
Estoy contento y soy bastante optimista. Creo que ha sido una buena pretemporada. Por supuesto, quedan pasos para ser lo que podemos llegar a ser. Pero en estas cinco semanas hemos aprovechado bien el trabajo y los partidos de pretemporada nos han servido para sacar conclusiones de los entrenamientos y de en qué punto estamos. Estoy contento por las sensaciones que me transmite el equipo y por cómo llegamos de preparadas a la primera jornada.
Por ahí iba. Es imposible ver en estos primeros meses a la mejor versión del Poio que usted quiere pero, ¿cuánto falta para que puedan alcanzar esa versión óptima?
He visto bastante avance. Todo lo que hemos ido queriendo trabajar ha salido casi a la primera, por así decirlo. Estoy súper satisfecho por cómo el equipo ha ido cogiendo las cosas. Ahora empieza la competición y cambia un poco. Porque hasta ahora nos hemos centrado mucho en nosotras. Ahora entra el rival y tienes que manejar el seguir avanzando y, a la vez, el adaptarte al contrario. Es cierto que tengo en mi cabeza todo lo que nos falta para ser el equipo que a mí me gustaría que fuésemos. Y eso lleva trabajo. No solo el meter los conceptos, que a lo mejor lo puedes hacer en dos meses. Sino el hecho de asimilar bien esos conceptos. Es decir, jugar de forma natural. Si hablamos de tiempo, quizá hasta después de Navidades no se puede completar un proceso así. Pero estoy contento por cómo el equipo ha ido cogiendo todo.
"Buscamos avanzar lo máximo posible en Copa. Hace dos años se jugó una final y el club sabe que se puede conseguir. Y lo mismo en liga"
¿Y cómo se compatibiliza el seguir creciendo como equipo y, a la vez, conseguir resultados? Porque hay ‘urgencia’ por estar arriba.
En rendimiento está claro que tienes que ganar, seas un equipo para aspirar a título o no. El objetivo del cuerpo técnico era que el equipo fuese lo más competitivo que pudiésemos ahora que empezamos la liga. Y, a la vez, seguir centrados en nosotras y no parar. Debemos seguir pensando en qué equipo queremos ser mientras pulimos esos aspectos competitivos que nos permitan sacar puntos en las primeras jornadas y jugar lo mejor posible. Yo veo al equipo en un buen momento a nivel de competitividad. Ese punto medio es complejo, pero hay que tener esa visión a medio plazo, aunque en nivel de rendimiento no se tiene mucho en cuenta. Como entrenador hay que tenerla porque te interesa ser el mejor equipo posible cada mes y no pararte ahora.
¿Se habla abiertamente de objetivos? ¿Nota cierta ‘obsesión’ por lograr por fin entrar en ese playoff o ganar un título?
A ver... no hace falta hablarlo. Tú aspiras a lo máximo que puedas conseguir. Al llegar a un sitio ves cuánto de cerca o de lejos estás de lo máximo que puedas conseguir. En este caso es ganar las competiciones. Y, en función de eso, trabajas para ello. Más que hablarlo, nosotros somos un grupo ambicioso. Te ves que estás a un paso, así que buscamos trasladar ese paso para conseguir ganar, si puedes. Bajando a tierra, hablando de los objetivos del club, buscamos avanzar lo máximo posible en la Copa de la Reina. Hace dos años se jugó una final, con lo cual el club sabe que está cercano y que se puede conseguir. Y lo mismo en liga. A partir de ahí, tienes la ambición de que se ponen en juego dos trofeos y debes dar todo lo posible por levantarlos. Debemos asumir todo esto con bastante naturalidad porque va intrínseco en las deportistas que entreno y en el staff. No es una presión añadida: debemos disfrutar de buscar conseguirlo.
Sabiendo que es complicadísimo, no tiene miedo de hablar abiertamente de ganar la liga o la Copa.
Es que hay que tomarse con naturalidad el hablar de intentar ganarla. Es imposible que nadie te obligue a hacerlo porque no tendría ningún sentido. Tú tienes que ponerte unos objetivos que sabes que puedes alcanzar en función del presupuesto y la calidad de la plantilla. Pero, ¿exigir ganar? En cualquier categoría siempre vas a encontrar a tres o cuatro equipos que están destinados a ganar. Con lo cual el hecho de que te obliguen o de que tú te presiones por conseguirlo deja de tener sentido. Es seguro que vamos a intentarlo. Pero la obligación de ganar sí o sí no tiene sentido en el momento en el que hay más equipos de tu nivel o que en años anteriores han ido ganando. Lo hemos hablado con la plantilla y creo que lo llevamos bien. No se puede tener la obligación de ganar en ningún lado, salvo que juegues en algo en lo que seas muy, muy superior y que, si no lo haces, sea un desastre. Pero en alto rendimiento siempre va a haber equipos de nivel parejo.
"A nivel humano, este grupo cuida muchísimo de sí mismo. A nivel deportivo, estoy algo sorprendido con la plantilla por cómo ha ido interiorizando todo"
Hablando del resto, ¿qué rivales ve a priori para estar ahí arriba?
Seguramente dentro de dos meses podría decirlo de manera más objetiva. Ahora mismo, tiraría un poco de lo obvio. Melilla, Roldán, Futsi o Burela no han cambiado demasiado la parte fuerte del equipo. También respeto mucho a equipos que años anteriores hicieron muy buenas clasificaciones o ganaron títulos. A partir de ahí, creo que Marín se reforzó muy bien. Alcantarilla, aunque es un recién ascendido, ha hecho una gran plantilla. Alcorcón siempre está ahí. Móstoles ha cambiado de entrenador y puede que esté arriba, porque el año pasado también lo estuvo... Creo que esos, junto a nosotras por supuesto, van a poder estar ahí arriba hasta el final. Aunque quizá se me olvida alguno más y lo siento si es el caso. Pero, más o menos, veo a esos.
Sabía que llegaba un equipo con calidad. Pero, ahora que ya las conoce más, ¿le ha sorprendido para mejor este equipo?
A nivel humano, que es una parte que me importa mucho, estoy muy contento. Este es un equipo que cuida de sí mismo. Al margen de que tú, como entrenador, intentes propiciar eso, ya hay jugadoras que tienen esa iniciativa de cuidarse. Cuanto mejor ambiente haya, más fácil será en los momentos buenos y en los malos. Luego, a nivel deportivo... quizá sí estoy algo sorprendido. Sobre todo en la velocidad con la que van cogiendo las cosas. La calidad de las jugadoras ya la conocía, pero no tanto qué entrenadores habían tenido. Así que a veces dudas y piensas que hay cosas que son difíciles. Pero estoy muy contento porque todo lo que hemos ido proponiendo desde el staff se ha ido interiorizando bien. Además, tenemos una plantilla que nos permite muchas situaciones diferentes por su polivalencia. Y además, todas están abiertas a asumir cosas nuevas.
"Mi idea era ser ofensivos y creo que no me equivocaba. La sensación es que el equipo está contento con esta forma de pensar y se identifica"
Hablaba con usted antes del primer entrenamiento y me decía que quería un Poio ofensivo. Cinco semanas después, ¿ha reforzado todavía más esa idea de modelo?
Esa es la idea. Yo creo que cuando llegas tienes que ver la forma de cómo tu idea de juego la puede implementar tu plantilla. Y si no puedes, debes adaptarla. Porque dependes totalmente de las jugadoras. Mi idea coincidía con lo que yo percibía que podía hacer el equipo. Y ahora, cinco semanas después, puedo decir que no me equivocaba. Como idea global tenemos dos o tres cosas: recuperar la pelota pronto, hacerlo lo más arriba posible y querer el balón para construir a partir de él. Esas señas de identidad sí que las hemos podido ver, por momentos, en estos partidos de pretemporada. La sensación es que el equipo también está contento con esa forma de pensar y se identifica con ella. Me gusta tener la sensación de que dominas. O, al menos, a controlar el partido y no a ver qué pasa. A buscar ganar desde el principio. Y, si un día lo tienes que pasar un poco peor, ya te buscas la vida para hacer otra cosa. Pero, de inicio, debe ser esa la idea.
Tiene 27 años. ¿Cómo se gana uno un vestuario con esa edad y en su primera experiencia como entrenador principal?
Te puedo pasar el número de alguna jugadora y quizá te lo responda mejor (ríe). Si debo responder yo... creo que soy una persona bastante natural. Me ayudó mucho la última etapa en Levante, porque ya era un equipo de alto rendimiento y fue como hacer un máster. En vez de pasar dos años parece que pasé diez. Luego también te basas en el ensayo-error. porque hay cosas que fallas y que luego mejoras. Pero, en líneas generales, tengo bastante claro dónde marcar el punto de exigencia. No debes tener miedo a lo que tengas que decir, porque a veces cuando diriges a un equipo andas diferenciando mucho entre futbolistas o no tienes confianza... El vestuario no te debe ver dudar y tienes que tener claro lo que vas a hacer. Luego es cierto que lo de la edad a todo el mundo se le pasa por la cabeza. Es lógico, como si fichas alguien de 18 años. No sabes cómo va a salir. Debes hacer, de inicio, un trabajo extra para demostrar que estás capacitado y que la persona vea que le puedes ayudar. Luego fallaremos todos, pero te deben ver con confianza. Además, se va aprendiendo. Seguramente ahora seré mejor que hace cuatro semanas y peor que dentro de un mes. Se debe trabajar mucho y tener naturalidad a la hora de dirigir al grupo.
¿Qué le llevó a meterse en este proyecto? Su primera experiencia como entrenador y llega a un club con exigencia y que, en los últimos años, ha tenido un banquillo ‘caliente’.
Lo primero, quería empezar a entrenar ya. Yo ya me veía preparado para ayudar a la gente que pudiese entrenar. No iba a dar ese paso si no lo estaba, pero me veía con confianza. Surgió la oportunidad y la confianza de Juanjo (García, el presidente del club), que fue quien contactó con mi representante. Me tomo esto con ambición, pero casi como si fuese ‘un juego’. Es decir, mi vida deportiva es un reto todo el rato. Porque me pongo en lo peor que puede pasar... y no hay problema. Estoy confiado en poder hacerlo bien y no pienso en nada de otros años. Vamos a hacer el mejor trabajo posible, con la confianza de conseguir los objetivos o de ayudar al club en lo máximo. Pero hay que tomárselo con naturalidad porque esto es deporte. Los jugadores y los entrenadores tenemos vidas ‘cortas’ y estas oportunidades hay que aprovecharlas. Pienso en todo lo bueno. Es cierto que, a lo mejor, dices: ‘Ostras, la primera vez que entrenas y te sumas a un proyecto muy exigente’. Pero yo me lo tomo con ‘diversión’, aunque seguro que dentro del año habrá muchos momentos que no sean divertidos. Ojalá que sean los menos posibles, pero habrá entrenos malos, un día que pierdas o una lesión. Serán cosas que pasen durante la temporada, pero me lo tomo como algo que nos hará mejorar a todos. Como digo, no pienso en la presión. Porque además vengo de dos años en un club que quería ganar siempre. Aunque no lo vivía yo directamente, fue algo que me ayudó a saber lo que me voy a encontrar. Si hay la oportunidad, creo que tienes coger proyectos exigentes, porque te harán mejorar.
