Luisito, indignado: "Es desagradable venir aquí y que me agredan"

El técnico se pronunció sobre la polémica tangana y lamentó que Mateu lanzase el penalti en vez de Bonilla
Luisito, en la tangana del final del encuentro
photo_camera Luisito, en la tangana del final del encuentro

Los incidentes inmediatamente posteriores al pitido final del partido entre la Ponferradina y el Pontevedra fueron severamente criticados por el técnico visitante, Luisito, disgustado tras haber sido empujado: "Es muy desagradable venir a este campo y que me agredan. Es un empujón por detrás en toda regla. El entrenador de la Ponferradina me dijo que ellos no iban a echar el balón fuera y lo respeto. En el minuto 92 nosotros, que íbamos perdiendo, tampoco lo hicimos y su delegado me llamó hijo de puta. Además, es de ser poco hombre que ese chico, que al parecer era su hijo, me dé ese golpe".

"El partido estuvo muy disputado. El penalti fue la clave del partido", señaló. "Después, se lesionó Álex González y eso fue un contratiempo mayor", añadió.

"Es la primera vez que me pasa lo que ocurrió en el penalti. Acostumbro a tener tres encargados para tirarlos. El primero es Bonilla, el segundo Añón y el tercero Mateu. Yo estaba preocupado por el cambio de Álex González y no me percaté de que él estaba a punto de tirarlo. Si me llego a dar cuenta lo hubiese tirado Bonilla, pero Mateu se sentía con confianza. Lo falló y no es justo reprocharle nada. Aun así, me molesta porque mandó yo y Bonilla estaba en perfectas condiciones para tirarlo", sentenció el preparador.

Álvarez Tomé: "(Mi equipo) fue ligeramente superior"


El técnico de la Ponferradina, Miguel Álvarez Tomé, analizó un partido en el que, según él, el equipo local fue "ligeramente superior al Pontevedra". "Fue un buen primer tiempo en el que nos faltó precisión, pero el equipo estuvo bien defensivamante. En la creación de juego, alternamos entre aspectos muy buenos con otros que no lo fueron tanto. En la segunda parte, salimos mejor y nos pusimos por delante de forma totalmente merecida".

"En el tramo final del partido, el Pontevedra mantenía continuamente a dos puntas, Mateu y Barco, y los laterales se convirtieron en extremos. Por tanto, hice el cambio de David Goldar para ganar superioridad y control tanto en la ocupación de espacios como en el juego aéreo. En previsión de que iba a haber muchos balones directos, modifiqué el equipo como creí conveniente y creo que tomé la decisión acertada".

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