La afición del Pontevedra es el ejemplo más claro de la grandeza del club. La última prueba de ello ha sido la creación de la primera peña granate de Madrid, una idea que se consolidó en la presente campaña, cuando el conjunto de Luismi fue encuadrado en el grupo I junto a los equipos madrileños.
Treinta pontevedreses (y un aficionado de Madrid) constituyeron el colectivo en el partido contra el Inter de Madrid. Aquel día el PCF cayó (3-0). Pero desde entonces Territorio Granate, como ha sido bautizada la agrupación, parece haberle dado suerte en sus victorias en Fuenlabrada y Burgos.
"Moitos estabamos rematando os estudos ou traballamos aquí. Así que decidimos reunirnos para poder ir aos partidos, xa que non sempre podemos ir as fins de semana a Pontevedra e acudir a Pasarón", explica José Corrochano al respecto de los orígenes de la peña. Corrochano no es un aficionado cualquiera. Es bisnieto del primer presidente de la historia de la entidad, Fernando Ponte. A sangre granate, como mucho, le empatan.
Uno de los miembros de la peña, José Corrochano, es bisnieto del primer presidente de la historia del club, Fernando Ponte
Allí donde van, se hacen notar con sus gritos de ánimo y su pasión. "Hai dous que saben todos os cánticos da etapa de Furya e os demais seguímolos. Aínda non temos bombo, pero quen sabe...".
De momento el trato que han recibido de los clubes anfitriones ha sido exquisito. "Os seareiros do Fuenlabrada felicitáronnos pola vitoria. Pensaban que volviamos a Pontevedra e déronnos sorte para a viaxe. Foron moi acolledores", relata el joven seguidor, que espera que el domingo el equipo vuelva a la senda de regularidad tras su partido ante el Fabril. "Luismi ten boas ideas, pero de momento non está dando coa tecla axeitada. Se non melloramos, igual non pasamos de media táboa, pero son optimista e creo que nos podemos meter ao final en play-off".
![Los miembros de la peña Territorio Granate, en el Fernando Torres de Fuenlabrada. ADG-MEDIA]()
Aficionados de la peña, en el Fernando Torres de Fuenlabrada. ADG-MEDIA
Algo parecido opina otro compañero suyo, Juanan González. "El partido contra el Fabril demostró lo que es el Pontevedra: capaz de lo mejor y lo peor. De ganar contra la Cultural y el Fuenlabrada y de estar contra las cuerdas ante el Valladolid B y el Inter".
El de Juanan es un caso peculiar dentro de Territorio Granate: es el único no pontevedrés que es seguidor del Pontevedra. Actualmente se encarga de gestionar las redes sociales de la agrupación para darle visibilidad. "Yo soy de Madrid y mi equipo siempre ha sido el Atlético de Madrid. Pero mi abuelo, que falleció este año, era de Marín. Además tengo familia lejana en Pontevedra y Combarro". Su sangre gallega le hizo interesarse por el club granate cuando era un adolescente. Cuando era un niño le robaba La Voz de Galicia a su abuelo en Madrid para informarse de la trayectoria del equipo de la ciudad del Lérez. De esa manera, poco a poco, fue alimentando su pasión.
"Hace 12 o 13 años empecé a ver partidos del Pontevedra. Desde entonces, para mí es el Atleti, el Pontevedra y nada más".
"Jamás he ido a Pasarón. No puede ser que tenga 26 años y no lo conozca", asegura Juanan, el único no pontevedrés del colectivo
El domingo espera un gran ambiente para animar a la escuadra de Luismi. "Vamos a estar todos más juntos y nos haremos notar más que contra el Fuenlabrada", sostiene.
Ahora sigue los encuentros de Pasarón desde su casa por la TVG, por Internet, embutido en la camiseta de Igor de Souza que le compraron por sorpresa sus padres en un viaje a Pontevedra, hace diez años. "Es la única que tengo", aclara, deseoso de que sus familiares en Galicia se agencien la actual y se la hagan llegar.
Con todo, Juanan tiene una deuda pendiente: "Jamás he ido a Pasarón. No puede ser que tenga 26 años y no lo conozca". Sus compañeros de peña ya le advierten de que eso no puede ser. "Lo tenemos que resolver sí o sí".
"En su trayectoria como fiel granate vivió todo tipo de sensaciones. Entre las mejores, la salvación en el partido del Atlético B en Majadahonda de la pasada campaña. "Sentí que el Pontevedra estaba en casa. Era una sensación que nunca había vivido".
También ha padecido grandes disgustos, de los que marcan. "En Butarque, en 2010, nos dieron pal pelo. Recuerdo que Rubén Reyes me vio en la entrada con la camiseta y me regaló las entradas. Ese día vi a los jugadores hundidos y lloré como una magdalena. No podía evitar que se me cayesen las lágrimas... y entonces me di cuenta de que era uno más de ellos".
