Este Marín es mucho Marín. Al menos para la mayoría de equipos de la máxima categoría del fútbol sala nacional. Porque el cuadro dirigido por Ramiro Díaz, en su estreno en casa, se dio un festín de goles similar al de la primera jornada. Siete tantos le endosó al Leganés en un encuentro en el que supo madurar al pepino antes de devorarlo en cuatro bocados.
Porque la escuadra pepinera plantó cara en el primer tiempo. Le hizo el choque incómodo al cuadro locatario. Pero nada pudo hacer a partir del descanso, en cuanto el Marín desencalló el choque a balón parado y en cuatro minutos brillantes se aseguró los puntos.
Lo cierto es que en la mitad inicial, las presiones se impusieron a la circulación de balón. El Marín siempre estuvo más cómodo siendo agresivo para recuperar. Pero el ‘Lega’ no se quedó atrás. Con las líneas altas, cortocircuitó las ofensivas locales. Así, Guti avisó a los tres minutos tras un balón robado en una situación demasiado comprometida para las locales. Pero su chut, demasiado centrado, lo repelió bien Aguete. Respondió el Marín con una jugada similar: Café se activó para arrebatar el esférico al Leganés cerca del área y le regaló el gol a Ale de Paz. Pero Patry apareció por evitar, bajo palos, el 1-0.
Lo intentó dos veces más la internacional española en un balón parado que fue un martirio constante para el Leganés hasta que de nuevo Café remató una transición ofensiva. Esta vez, con acierto, con una vaselina sobre Miriam tras robarle la cartera a Puche.
El Marín ya mandaba. Pero ni con esas se sintió más cómodo. El ritmo de juego era alto, pero por la intensidad de los dos conjuntos a la hora de acosar al rival. Las imprecisiones caían una tras otra y el equipo locatario no terminaba de dominar ni de contragolpear. El Leganés avisó con un par de ocasiones que se toparon con Silvia, hasta que a dos minutos para el descanso, Faty aprovechó un rechace al medio de la portera para firmar el merecido 1-1.
El intermedio debía hacer mejorar al Marín. Pero lo que de verdad le ayudó fue la fortuna. En un nuevo saque de esquina rematado por Ale, Puche tocó el esférico y le negó una posible parada a Miriam. Con el 2-1, arrancó la tormenta. Aguete le negó el empate a Faty y justo en la siguiente jugada, el Marín empezó a sprintar en el electrónico. De nuevo en un robo adelantado, Sara Santos cedió de taco a Balseiro, que remató a placer. El 3-1 dejó grogui al Leganés, que fue a presionar a un Marín que meneó el balón en área propia a propósito hasta encontrar al espacio a Ale de Paz en un jugadón bien culminado por la ‘7’.
El equipo de A Raña sentenció en cuatro minutos y luego le bajó las revoluciones al choque, inteligente mientras las ocasiones y los goles caían por su propio peso. El pepino ya estaba maduro.
