Marita Janeiro reina por un día

La lesión de Maite Méndez hizo que su ayudante dirigiese al Arxil en Almería y lo hiciese con una brillante victoria ► "Siempre voy a ser su segunda"
Marita Janeiro junto a Maite Méndez, este martes en el CGTD. RAFA FARIÑA
photo_camera Marita Janeiro junto a Maite Méndez, este martes en el CGTD. RAFA FARIÑA

Marita Janeiro llegó, vio y venció. La técnica del CB Arxil dirigió su primer partido en el primer equipo y lo hizo con un triunfo de postín contra uno de los mejores equipos de la liga. El desgraciado incidente de Maite Méndez, que se fracturó el peroné y los ligamentos del tobillo en un percance de su vida cotidiana, le obligó a viajar a Almería como entrenadora principal, con Milagros Sanmartín a su lado. Y ni ella ni el equipo fallaron, pese a sus temores iniciales.

"Después de hacer el scouting, le comenté a Maite que Almería estaba a un nivel espectacular. Fui con cero presión, pensando que lo normal era perder con claridad el partido. Le fui sincera a las jugadoras. Pero ellas tenían una motivación extra y yo sabía que se iban a vaciar y que iban a tener una gran actitud. Me lo pusieron muy fácil. Yo no hice nada que no haga habitualmente con Maite. Ellas jugaron y dieron su mejor versión y salió todo a la perfección", recuerda la preparadora pontevedresa sobre la cita de su estreno.

No era la primera vez que se veía ante una tesitura así. Hace dos años, antes de otro viaje, Maite Méndez se contagió con Covid19 y no se desplazó. "No soporté la presión y dejé que dirigiese San (Milagros Sanamartín), pero en este partido lo tuve claro desde el primer momento. Fue la vez que menos dudas tuve. Durante los partidos paso nervios, porque las decisiones tomadas dependen mucho de mí, ya que soy la que estudia al rival. Maite se fía al cien por ciento de la información que le transmito. Pero he pasado muchos más nervios en cualquier otro partido que en éste. Las chicas estaban tan metidas en el juego y tan volcadas, que nunca tuve dudas. Si perdíamos, lo haríamos con la cabeza alta".

Janeiro insiste en asegurar que no tuvo ninguna culpa del triunfo. "Se nota el gran vínculo que tienen todas las jugadoras con Maite. Se las gana. No es una entrenadora al uso que desarrolla un trabajo estrictamente profesional. Es una mamá más. Todas están muy implicadas por eso. Así que yo no tengo ningún mérito. El mérito es de ellas", sostiene con máxima humildad.

Como segunda entrenadora, Marita realiza el scouting de los rivales y durante los partidos propone los cambios de piezas que Maite Méndez suele aceptar. Son un tándem perfectamente coordinado. Pero eso no implica que no tenga experiencia dirigiendo partidos. Aunque este año se desvinculó un poco de la base, "llevo 20 años dirigiendo cuatro o cinco partidos cada semana. Mi actitud es la de estar de pie y motivando al equipo. Maite y yo nos compenetramos muy bien. Ella es muy táctica y yo muy motivacional".

Marita se quita el sombrero con sus jugadoras, por la forma en que respondieron a los nuevos estímulos. "Es increíble la capacidad que tienen de adaptarse a las situaciones. Les dije que quería que fuesen ellas las que tomasen las riendas y funcionó".

Todavía no se sabe con certeza absoluta si Méndez podrá estar en el banquillo el próximo sábado en el CGTD contra el Magec Tías. "Yo creo que va a estar, aunque sea en silla de ruedas, como Pablo Laso", dice, recordando la ocasión en la que el exentrenador del Real Madrid fue expulsado contra el Barcelona, en la final de la ACB de 2014, cuando estaba en silla de ruedas. "Ya bromeé con ella y le dije que si la expulsan, yo empujo la silla".

En todo caso, Janeiro sabe que un día al frente está bien, pero que la figura visible es otra. "No me veo dirigiendo si está Maite en el banquillo. Además, está coja, pero la voz y la cabeza no le fallan". Tiene "muy claro cuál es mi papel de segunda entrenadora. Le aporto a Maite lo que ella necesita, no lo que yo haría si fuera la entrenadora".

La técnica verde sabe a la perfección cuál es su familia. "Me han ofrecido entrenar en otros lugares, pero yo soy entrenadora del Arxil. Mi vida es el Arxil. Y sé que el día que no estén Maite, Lino y San, el club desaparecerá. Nadie asume lo que ellos asumen".

Y, sobre todo, tiene claro qué eslabón de la cadena es. "Mi objetivo no es dirigir al primer equipo. Solo me veo en el Arxil mientras esté Maite. Siempre voy a ser su segunda. Además, el trabajo es conjunto y ella confía en mi al 100 por ciento".

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