1-1. Mucho más que un buen ataque: el Pontevedra-Dépor se salda con un empate

Ante el Dépor, el Pontevedra dio una muestra más de que su imbatibilidad se basa también en su buen hacer sin balón  El líder de la categoría no creó ni una ocasión a un equipo que defendió más abajo y apostó todo a sus contras
Granero con el balón sin opciones del pase por el buen posicionamiento del Pontevedra, que mantuvo muy juntas sus líneas. X.G.G./TVG
photo_camera Granero con el balón sin opciones del pase por el buen posicionamiento del Pontevedra, que mantuvo muy juntas sus líneas. X.G.G./TVG

El partido del aguijón contra el caparazón. Un Dépor líder invicto e impenetrable visitaba el feudo del Pontevedra, aspirante a todo, también virgen en derrotas y del que muchos esperaban un caudal ofensivo acorde a su condición de máximo goleador de la categoría (hasta este domingo). Sin embargo, el conjunto de Ramos demostró que sus credenciales van mucho más allá de su arsenal atacante. Porque si al cuadro herculino le costó producir en ataque, no fue solo por su endémica falta de ideas, sino por el trabajo defensivo del Pontevedra, que arañó un empate (1-1) gracias a ser ofrecer su versión más solidaria y aplicada de todo el curso.

Defendiendo más atrás


Sabedor de que el Deportivo tenía dificultades para encontrar la profundidad y las ocasiones, el Pontevedra le permitió iniciar su juego con relativa comodidad y se parapetó algunos metros más atrás que de costumbre con unas líneas muy juntas. La intención era que el Dépor empezase a jugar con alguno de sus dos centrales exteriores en esa línea de tres para irle encerrado hacia la banda y que no encontrase un pase cómodo hacia dentro. Con Uche Agbo vigilado por uno de los puntas, la línea de cuatro centrocampistas cerraba cualquier camino interior. Solo había posibilidad de cambio de orientación al carrilero del lado contrario (difícil y previsible) o un pase al carrilero de ese lado, que permanecía abierto pero sin forma de progresar por la cercanía de los jugadores de banda granates. El plan funcionó a la perfección. El Dépor no tuvo forma de llegar al área y tan solo encontró el gol en un macabro rebote de un chut de Rolan bien defendido por Víctor Vázquez y Xisco Campos. Que el PCF sea uno de los equipos que más tantos encaja es más casualidad que demérito, ya que apenas concede.

Contragolpe como recurso


Este posicionamiento replegado del cuadro local tenía como meta cerrar espacios en campo rival al Dépor y, por otro lado, generarlos cerca del área de Carlos Abad. Porque el PCF buscaba atraer al conjunto de Vázquez hacia su meta para, tras un robo, lanzar el contraataque aprovechando las esperadas llanuras a espaldas de la zaga foránea. Y lo cierto es que aunque el Deportivo trató de resguardarse siempre con bastantes efectivos por detrás del balón, el conjunto local tuvo muchas opciones de contraatacar. En la primera mitad le sobró prisa, ansiedad por querer aprovechar esos espacios. En la segunda, en la que fue capaz de robar más arriba por el paso adelante del equipo, sí tuvo más pausa. Una muestra fue el tanto del empate: la mezcla perfecta de velocidad y precisión.

Poco peso de los medios


Los mediocentros granates tuvieron un papel fundamental para sostener las líneas cuando el equipo no tuvo la pelota. Sin embargo, cuando eran los granates los que poseían la pelota en los pies, su participación apenas tuvo incidencia. Si el plan de Jesús Ramos pasa, de por sí por evitar que los centrocampistas reciban en posiciones retrasadas para evitar posibles robos adelantados del rival, esa tendencia se extremó ante un Deportivo cuyo centro del campo tiene, precisamente, una enorme capacidad para la recuperación. Así, el inicio de juego del conjunto local fue casi siempre directo. O Mario o los centrales eran, en la mayoría de las ocasiones, los encargados de buscar a los hombres más ofensivos del PCF a través del balón largo. La fórmula funcionó sobre todo de dos maneras: cuando los puntas realizaron movimientos de apoyo para recibir balones (menos llovidos) o bien cuando -sobre todo- Rufo cayó a las bandas para disputar los duelos aéreos, principalmente en las transiciones defensa-ataque (tras recuperar el balón el PCF). En esos espacios no tan centrales, el Dépor tenía menos gente y los extremos granates -principalmente Jorge- pudieron hacerse con muchos balones tras las disputas del delantero madrileño.

Sin opciones para cambiar


Mientras Vázquez pudo modificar su estructura con Lara o Nacho, Jesús Ramos se tuvo que conformar con el hombre por hombre. La baja de Romay, que se perderá lo que resta de temporada, restó recursos al marinense, que además ha dejado de contar con Óscar Fernández. Así, solo le quedó la baza de un Cruz tocado, de Calvillo por un extremo y de Iñaki por la otra banda. Calentando aguardaban Bueso y Diz, destinado a dar oxígeno a la delantera, pero perjudicado por la roja a Charles.

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