Nacido para ser atleta

Elisardo de la Torre levanta los brazos como ganador de una de las millas urbanas que la Sociedad Gimnástica organizaba en la avenida de Montero Ríos. archivo
photo_camera Elisardo de la Torre levanta los brazos como ganador de una de las millas urbanas que la Sociedad Gimnástica organizaba en la avenida de Montero Ríos. archivo

EN EL ADN de los De la Torre Allariz, el atletismo es una de sus principales características. Hay personas que tienen escrito su destino, y cuando uno crece en una familia en la que un deporte es una forma de vida, lo lógico es que todos acaben contagiándose de ese ‘virus’. Algo semejante fue lo que le sucedió a Elisardo de la Torre, que siguió los pasos de sus hermanos.

A finales de los años 80 las luces de la atención enfocaban a Carlos, mientras que Elisardo comenzaba a formarse y a la vez a destacar. Se decantó por una de las disciplinas en la que los atletas africanos han exhibido un dominio absoluto, rozando lo escandaloso, por lo que ser blanco y tratar de buscarse la vida en los 3.000 metros obstáculos es una tarea más que ardua.

Desde joven comenzó a acumular éxitos y la atención de aquellos que comenzaban a considerarlo como una gran promesa, una calificación que cumplió a la perfección tras sus títulos universitarios. El sueño de acompañar a su hermano en los Juegos de Barcelona, que le cogieron relativamente joven para lo que es esa prueba, no fue posible y se estableció como meta no fallar a la cita que cuatro años después se celebraría en Atlanta.

Hasta la cita olímpica de la capital de Georgia, Elisardo fue describiendo una trayectoria excelente. En 1992 fue clave para que España se alzara con el título de campeón del Mundo universitario de cross y dos años después volvió a subirse al podio, en este caso al tercer cajón. En el 94 también participó en la Universiada de Bufallo como antesala a participar en el Campeonato de Europa que se llevó a cabo en Göteborg; una gran cita como anticipo de lo que vendría después. Semanas antes de la prueba sueca había logrado el tercer puesto en el Campeonato de España y su liderazgo del ranking nacional de la modalidad le dio el pasaporte para la competición continental. El sueño olímpico continuaba alimentándose.

El marinense fue el dominador de los obstáculos en la mitad de la década de los 90 del pasado siglo. Para el año olímpico reservó, probablemente, la mejor temporada de su vida al proclamarse campeón de España, un título que se le había resistido y con el que hacía realidad el sueño de estar en los Juegos de Atlanta 96, en los que acompañó a su hermano. Esa experiencia no la pudo repetir cuatro años después. La hemeroteca refleja que Elisardo aseguraba que había entrenado más que nunca y «me encontraba en mi mejor momento», pero en el Nacional disputado dos semanas antes de la cita de Sidney no estuvo a su nivel. A partir de ese momento, y ya afincado en Oviedo, decidió centrarse, especialmente, en las pruebas de ruta y en las de campo a través.

Retirado del atletismo desde hace casi una década, el marinense se mantiene vinculado al deporte. Diplomado en Fisioterapia, ha conquistado una considerable reputación en Asturias. Ha estado vinculado a clubes de fútbol como el Lealtad, el Langreo o el Caudal de Mieres. Esta temporada, por ser una persona de total confianza del exgranate Paco, fichó por el histórico Racing de Santander.

El DNI

Nombre: Elisardo de la Torre Allariz

F. de nacimiento: 10/10/1971

Lugar de nacimiento: Marín

Deporte: Atletismo

Comentarios