PONTEVEDRA. Las expectativas sobre el Circuíto de Carreiras Populares de Pontevedra (CCCP) empezaron a confirmarse ayer con la celebración de la primera prueba, la pedestre de San Brais, en la que participaron 335 corredores que no se dejaron amedrentar ni por las frías temperaturas ni por la lluvia, que marcaron buena parte del recorrido.
La competición, primera del calendario anual del CCCP, fue todo un éxito. A pesar de las malas condiciones meteorológicas tan solo doce corredores no asistieron a recoger el dorsal para participar en la prueba. El tiempo, muy crudo en la primera hora de la mañana, tan solo influyó en la participación de las categorías de los más pequeños.
Iván Docampo González, con un tiempo de 20.51, y Águeda Blanco, con 25.07 fueron los ganadores de una prueba, que estuvo marcada desde el comienzo por duelo entre Docampo y Rafael Fuentes. José Antonio Ramallo, campeón de la primera edición del Circuíto corrió de manera conservadora debido a una molesta lesión. Aun así hizo un meritorio octavo puesto.
Se entregaron premios a los ganadores de las distintas categorías por edades, además de los reconocimientos a los atletas más veteranos, Manuel Rosales (78 años) y Celina Rodríguez (55).
Las inscripciones para las otras pruebas del Circuíto marchan a muy bueno ritmo. A día de ayer se habían apuntado 177 personas, es decir, prácticamente el doble de las 90 que lo habían hecho por estas fechas el año pasado. En la primera edición del CCCP fueron 214 los deportistas inscritos y se aguarda superar la cifra de 300 en esta segunda.
El responsable municipal de Deportes, que entregó los premios a los ganadores de San Brais junto con los concejales Demetrio Gómez y Carme Fouces, recalcó el sensible incremento que se está registrando en la participación femenina.
La introducción de la clasificación compensada por edades y sexos, en función de las tablas de compensación de la Asociación de Atletas Másters, resulta otro aliciente para que todo el mundo se decida a calzarse las zapatillas.
Modificaciones
Los cambios en el recorrido habitual de esta cita atlética se dejaron sentir. La distancia, incrementada a seis kilómetros respecto al año pasado, y la orografía de la parroquia de Salcedo hicieron mella. El nuevo trazado, a una sola vuelta, resulta realmente duro, con importantes costas (especialmente la del colegio de Salcedo), que obligaron a correr guardando fuerzas para el final. La carretera mojada y la lluvia, contribuyeron a endurecer todavía más la mañana.
La organización resultó idónea, con el paso por cada kilómetro señalizado e indicaciones en los cruces. Por último, se procedió a un sorteo de diez lacones y de dos vales de compra para un hipermercado.
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