No es por ti, es por mí: el Cisne cae ante Nava

Acogida de los deportistas en el pabellón del Centro Galego de Tecnificación Deportiva. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

Un horroroso Cisne pierde en casa, en un malísimo choque en el que los locales concedieron demasiado en defensa y poco apartado ofensivo

"No es por ti, es por mí". Una frase eufemística y lapidaria en una pareja. Una excusa para romper sin querer hacer daño. Y un dicho al que el Cisne se podría haber acogido este sábado para explicar su horroroso partido ante Nava, que llegaba a Pontevedra como colíder pero no tuvo que demostrar su condición para infligirle un severo correctivo al cuadro local. Porque no fue que el bloque segoviano mereciese ganar (que sí), sino que el Cisne hizo todo para perder. Porque estuvo mal en todas las facetas.

El bloque cisneísta trató de plantearle un partido con mucho ritmo al Nava, sabedor de que en el cuerpo a cuerpo tenía todas las de perder. Pero el bloque segoviano demostró que también sabe lo que es correr. El conjunto dirigido por Daniel Gordo se apoyó en su buen 6:0 para comenzar mandando. El Cisne chocaba contra un muro y, si lo traspasaba, se encontraba con un gigante Lamariano, colosal todo el encuentro.

Así, a los seis minutos un Agustín Marcelo brillante en juego posicional y también en las contras (diez tantos) ponía la primera ventaja importante a favor de los visitantes, con un 2-4 que el Cisne ya no fue capaz de levantar.

A partir de entonces, el equipo blanco inició un quiero y no puedo constante. Los locales no culminaban sus ataques y el Nava sentenciaba en transiciones o en ofensivas más lentas, en las que acababa moviendo la defensa pontevedresa hasta encontrar al pivote. D"Antino ponía el 4-7 antes de los diez minutos y aunque el Cisne se apoyaba en Gayoso para meterse en el partido (6-8), el brazo de su lateral era insuficiente.

En un nuevo atasco de los locatarios, Nava aceleró para colocarse 7-12. Era solo el ecuador de la primera mitad. Jabato pedía tiempo muerto para cambiar la tendencia. Y su equipo empezó a defender bien. Con 8-12, Picallo falló un penalti para ponerse a tres tantos y minutos después, el Cisne desaprovechaba varios ataques en superioridad. Pese a ello, su mayor rigor sin pelota le hacía irse al descanso con vida gracias a un Javi Vázquez revulsivo (14-17).

Pero fue un espejismo. A la salida de los vestuarios, en el momento oportuno para meterle el miedo en el cuerpo a Nava, los locales tiraron por la borda varias ofensivas. El equipo castellano se anotaba un parcial de 0-3 (14-20) y Jabato pedía un nuevo parón para resucitar al muerto.

No era el día. Ni la roja a Brakocevic sirvió para dar algo de vida al Cisne, que dejó morir con agonía un partido que podía haber sido muy feliz. Pero el final fatal, esta vez sí, fue culpa de quien no hizo nada para evitarlo.

Jabato, entrenador del Cisne: "Esto nos debe servir como escarmiento"
Cabreado y resignado. Así se mostraba el técnico del Cisne Colegio Los Sauces, Javier Fernández Jabato, al término del encuentro. El preparador manchego destacó que "esta derrota debe servir de escarmiento" porque "en el momento en el que el equipo no está bien y no entrena como se debe, pasan estas cosas".

El técnico cisneísta explicó que él ya "sabía que podía pasar" lo que ocurrió en el choque porque "el equipo no pudo preparar el partido como se debe en Plata" por "lesiones y exámenes". "Espero que esto sea circunstancial" rezó.

Jabato destacó que perder contra el Nava "duele", pero en el encuentro "parecía un equipo de mayores contra juveniles". "Han hecho lo que han querido", manifestó para terminar.

 

El Cisne saca músculo con su cantera
Era un día más que especial. Y aunque el partido de los mayores no fue bueno, tampoco empañó la presentación oficial del Club Cisne Balonmano. El pabellón del Centro Galego de Tecnificación Deportiva se vistió de gala a primera hora de la tarde de este sábado para acoger la llegada de todos los deportistas enrolados a uno de los clubes con más tradición y solera de la ciudad. El Cisne sacó músculo con su cantera. Presumió. Y lo hizo porque su filosofía tiene como punto de inicio y de final la base. Desde los más pequeños hasta los que están en las últimas categorías sueñan con jugar en el primer equipo, porque ven cómo la gran mayoría de la plantilla sénior tiene ADN Cisne. Así, soñar es más fácil.