Pedro Ameneiro, un campeón del mundo desde Combarro

El pontevedrés se corona en el campeonato mundial Sub 17 en la clase 420 de vela disputado en Australia durante 18 días entre finales de diciembre y principios de enero ►"La vela no es un deporte de ricos", dice

 

Pedro Ameneiro posa junto a la Ponte dos Tirantes. RAFA FARIÑA
photo_camera Pedro Ameneiro posa junto a la Ponte dos Tirantes. RAFA FARIÑA

Combarro, Aguete y Sanxenxo fueron los escenarios que vieron crecer a un futuro campeón del mundo de vela. Con tan solo siete años, el pontevedrés Pedro Ameneiro ya surcaba las costas de la provincia soñando con el triunfo que, de la mano de sus entrenadores en las diferentes escuelas, no tardaría en alcanzar.

Dando continuidad a un deporte que también es la pasión de su padre, el pequeño Pedro pronto aprendió las nociones básicas de la vela en el Club Náutico Combarro, hasta que un día se unió al equipo de regatas de Perico Berón, quien le introdujo en la élite de este deporte. "Con él aprendí lo que es el sacrificio, las regatas y entrenar cada vez más", asegura. Después, en el Náutico de Sanxenxo, conoció al que iba a ser su compañero de glorias, Martín Wizner, aunque ninguno de ellos podía imaginarse lo que estaba por venir. Tras finalizar la etapa inicial de Óptimus, ambos se trasladaron al Náutico de Vigo para entrenar con Luis Bugallo y unirse al grupo. Cuando, el pasado verano, Pedro y su compañero consiguieron hacerse con el título de subcampeones de Europa, todo parecía indicar que se trataba del comienzo de una larga lista de triunfos. Nada se acercaba más a la realidad. Así, a principios de enero, Ameneiro se proclamaba campeón del mundo Sub 17 en la clase 420 de vela, en el campeonato disputado en Australia.

"Al principio no teníamos pensado competir porque necesitábamos comprar otro barco y los gastos eran demasiado elevados, pero al final conseguimos hacernos con uno y la Federación Española decidió poner dinero para el viaje", cuenta. Y Ameneiro supo aprovechar al máximo su oportunidad. "Íbamos con expectativas de hacerlo bien, no de ganar el campeonato, pero sí de quedar al menos en el top cinco", recuerda.

Ameneiro y su compañero, Martín Wizner, estuvieron a punto de no ir al campeonato por dificultades económicas

 

Así, durante 18 días, el pontevedrés y su compañero tuvieron que hacer frente a varios momentos de tensión, en una competición en la que se enfrentaban a competidores de países de varios continentes. "El segundo día tuvimos bastantes problemas, hicimos dos buenos parciales pero no valió de nada porque nos descalificaron por un fuera de línea", explica. Para él fue una regata de "ir poco a poco", en la que también encontraron dificultades durante el último día. "Íbamos con opciones de ganar, pero teníamos que hacerlo francamente bien y nuestros adversarios un poco peor, pero al final conseguimos aguantar, tener la mente fría al navegar, y conseguimos la victoria", recuerda.

A sus 16 años, Ameneiro recuerda lo vivido en Australia como "un campeonato muy exigente, con mucho viento, muchas horas y mucho sol", por lo que su mantra siempre fue "tener las cosas claras, estar tranquilo en todo momento, ser constante y descansar mucho". Pero, a pesar del triunfo, el joven pontevedrés sigue teniendo los pies en la tierra. "No me conformo con haber conseguido el Campeonato del Mundo, quiero seguir adelante con las siguientes temporadas y saber que estoy arriba me ayudará a seguir entrenando al subir de categoría. Es una motivación más", asegura.

Hoy en día, Amaneiro sigue perplejo por toda la repercusión que ha tenido su triunfo en Australia. "Me felicitó muchísima gente por las redes sociales y solo recibo elogios. Pero, sobre todo, al llegar al aeropuerto desde Australia, Martín y yo esperábamos que estuvieran allí nuestros padres, pero nos encontramos con un montón de amigos, entrenadores y la televisión. Ver a tanta gente preocupada por mí fue muy gratificante, me hizo sentir muy orgulloso de este título", asegura.

Ameneiro encara ahora la próxima cita, que será el Campeonato de España, en Canarias, una prueba clasificatoria para los internacionales del año que viene. Tampoco descarta afrontar un nuevo mundial en el futuro, aunque su sueño es "ir a los Juegos y hacer una vuelta al mundo".

"La vela no es un deporte de ricos"

El regatista pontevedrés conoce de primera mano las dificultades económicas que supone practicar su deporte, por lo que asegura que lo más difícil es conseguir apoyo económico. "Ya puedes ser el mejor del mundo, que si no tienes alguien que te apoye económicamente no vas a poder navegar o comprar material". A pesar de eso, dice, "hay mucha gente que lo consigue no por tener mucho dinero, sino por ser muy constante y forzarse a entrenar cada vez más; eso es clave para llegar arriba", cuenta. Para Ameneiro, la cultura del esfuerzo va implícita en llegar o no a lo más alto, independientemente de la cuestión económica. "Navega el que quiere, no el que puede", afirma. Según él, "la gente piensa que la vela es un deporte para ricos y que todo el mundo tiene dinero, pero no es así. De hecho, la vela no es un deporte caro, cualquiera puede ir a una escuela y salir a navegar, lo que es caro es vivir de esto". En este sentido, el joven demanda más ayudas a nivel institucional para poder ir "el año que viene a competir en Estados Unidos o comprar más material". "Hemos enviado un montón de correos, solicitudes de becas y nos han hecho muchas entrevistas pero, salvo nuestros padres, nadie nos ha apoyado", cuenta. "Muy poca gente lo sabe, pero no tenemos ningún respaldo económico", asegura el campeón del mundo que, pese a todo, entrena duro cuatro días a la semana en el agua y en el gimnasio.

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