PONTEVEDRA. El Pontevedra sobrevive milagrosamente a la acumulación de problemas que le afectan. A las serias dificultades económicas por las que atraviesa la institución, traducidas en la falta de liquidez para afrontar los pagos a jugadores y empleados de la entidad, y los contratiempos para cerrar las cuentas del pasado ejercicio, se suman la gran cantidad de lesiones que están afectando a algunos futbolistas de la primera plantilla.
El último en recaer ha sido Fran Fandiño. El extremo pontevedrés se retiró del entrenamiento en la jornada de ayer, en el regreso del grupo al trabajo tras el puente de la Constitución. El futbolista se perderá los partidos contra el Boiro y el Somozas. Su ausencia se une a la ya conocida de Benja, que se había reintegrado a los ejercicios colectivos hace diez días, pero recayó de su lesión a finales de la semana pasada y podría estar fuera de combate hasta 2014.
Además, tampoco está garantizada la presencia de Moreira en los siguientes envites. El jugador carballés se llevó un fuerte golpe que le impidió acabar el enfrentamiento contra el Órdenes, y ayer todavía tenía molestias. Se encuentran mejor David Feito y Santi Domínguez, que ya se reincorporaron a los ensayos y trabajaron con total normalidad.
Benja y Fandiño se suman a Tubo y Javi Otero, que tampoco estarán disponibles para Manu Fernández de cara a los dos duelos de esta semana, contra dos rivales directos por la fase de ascenso, el Boiro y el Somozas.
Preocupación
El entrenador del PCF mostró su preocupación por la situación que atraviesan algunos de sus hombres, sumergidos en una espiral que les impide sacar la cabeza y ponerse a su disposición para ser alineados.
«Si se tratase de lesiones con un plazo fijo definido, lo preferiría. No contamos con Tubo hasta avanzada la segunda vuelta y lo sabemos. Pero los otros compañeros no sé cuándo van a volver. Cada vez que lo hacen, recaen. Su situación es una incógnita».
De hecho, el preparador pontevedrés muestra incertidumbre al respecto de hombres que deberían suponer un plus de calidad para el conjunto.
«Si me confirmasen que iban a regresar en el mes de febrero, cuando menos sabríamos a qué atenernos y que contaríamos con ellos frescos en el último tercio de Liga. Pero se trata de chicos que se han metido en una espiral de la que son incapaces de escapar. Se lesionan, mejoran, vuelven a trabajar y se vuelven a lesionar».
Fernández espera ahora acontecimientos. «Llevamos cuatro o cinco bajas casi permanentes durante los últimos tres meses. Desde que llegué, excepto Lede, que parece que se ha afianzado, los demás no han podido participar con continuidad. Y eso es algo que me genera preocupación».
«No queremos que sea una excusa»
El entrenador del Pontevedra nunca se ha escudado en la falta de futbolistas para justificar un bajo rendimiento del equipo que dirige.
«No queremos que sea una excusa y no la utilizaremos nunca». Sin embargo, cuando es preguntado por el tema, reconoce que está condicionado por las ausencias. «Muchos de los que no están con el colectivo ahora mismo son futbolistas llamados a marcar diferencias cuando se encuentran al cien por ciento. Javi Otero, Benja y Tubo, por ejemplo, deben ser el alma en ataque del equipo».
Y es que además de cuantiosas y reincidentes, las bajas se acumulan en la misma zona del campo: la delantera y las bandas. Contra el Órdenes, Manu no pudo echar mano de dos atacantes, Benja y Santi Domínguez, ni de los cuatro extremos, David Pérez (sancionado), Tubo, Javi Otero y Fran Fandiño.
«Por eso tuvimos que hacer jugar en las bandas a Luismi y a Richi, con lo que los perdimos para el centro. Y encima se lesionó Moreira. Al tratarse de bajas de la misma zona del campo prácticamente, el once se complica».
Hasta la fecha, Manu ha tenido un mínimo de dos bajas en cada encuentro y una media de cuatro. No ha podido disponer de todo la plantilla en ningún enfrentamiento de la Liga.
