El Marín Futsal encadenó su segunda derrota consecutiva. La de este sábado en Móstoles fue de manera contundente, tras un mal inicio de partido, con tres goles locales en los cinco primeros minutos. Pese a ello, las chicas de Ramiro Díaz pelearon hasta el final y dieron la cara. Bea Mateos y Ale de Paz firmaron dos goles insuficientes ante el vendaval ofensivo local, con una Benete en estado de gracia.
El partido comenzó con mucho ritmo y con muchas imprecisiones. Sin embargo, en el minuto tres, en la primera ocasión que tuvo el Móstoles para poder atacar ya castigó, tras un error del cuadro marinense. Apareció Celia para filtrar un pase en profundidad que encontró en el segundo palo a Benete, quien, al primer toque, no perdonó ante Silvia Aguete. Apenas un minuto después, sacó de banda rápidamente Rafinha, que se asoció con Benete. La autora de un póquer conectó un disparo que se coló por la escuadra de la meta visitante.
El 2-0 obligó a Ramiro Díaz a gastar su tiempo muerto con 16 minutos aún por jugar hasta el descanso. Sin ninguna duda, le salió mal al técnico vigués el parón, ya que a la salida del tiempo muerto el Móstoles se encontró con un nuevo gol, esta vez de Celia, que desvió ligeramente un disparo de Benete y el balón se fue al fondo de la red. El equipo local había marcado tres goles en los primeros cinco minutos de choque, en apenas tres llegadas.
Reacción
Arriesgó el equipo franjiazul, que introdujo a Lara Balseiro de portera jugadora, buscando cambiar el ataque y que le surgieran dudas a la zaga local. Le permitió meterse en el partido con un rápido tanto de Bea Mateos, con 13 minutos todavía para el descanso. Tuvo, de nuevo, la jugadora salmantina una oportunidad clarísima para hacer el 3-2, ya que se quedó sola ante Ari, pero su remate con el exterior no encontró la red.
No aprovechó su ocasión la escuadra marinense y eso inclinó la balanza hacia las locales, que volvieron a golpear prácticamente sin buscarlo. Antes del descanso, el Móstoles dejó prácticamente el partido decidido con goles de Benete y la ucraniana Forsiuk en dos precipitaciones de las pupilas de Ramiro Díaz. El tanto de Benete fue de campo a campo, cuando no había portera.
La segunda mitad comenzó con dominio local, pero con una gran Silvia Aguete, que impidió un gol local en los primeros compases del periodo decisivo. Por su parte, el Marín se desquició, no sin motivos, con un arbitraje de tintes caseros. Y es que en los primeros cuatro minutos los colegiados le señalaron cuatro faltas a las chicas de Díaz, cuando dos fueron claramente infracciones de futbolistas locales.
A falta de diez minutos para el final se pudo meter de nuevo el Marín en el choque con una ocasión clarísima de Ale de Paz, que sacó Ari con la cara. Volvió a jugar de cinco el cuadro pontevedrés y un golazo de la propia Ale de Paz, a falta de nueve minutos para el final, dio vida al equipo de Díaz. Pero no era el día.
