Pontevedra, ¿y ahora qué?

El conjunto granate cae a la penúltima posición y ve cómo casi todos sus rivales se alejan ► Tras firmar su peor encuentro del curso, el equipo afronta un mes ante rivales de la zona alta sin el aliciente de contar con caras nuevas
Álex González, Masogo y Churre, cabizbajos tras encajar uno de los goles en La Línea. ADG MEDIA
photo_camera Álex González, Masogo y Churre, cabizbajos tras encajar uno de los goles en La Línea. ADG MEDIA

La cuesta de enero es más cuesta de enero para el Pontevedra que para nadie. Porque tres derrotas consecutivas en el inicio del 2023 ante tres rivales directos han transformado lo que parecía un despegue, tras ganar en Algeciras y firmar una notable actuación en Copa, en una crisis con tintes que empiezan a ser dramáticos.

Porque sí, quedan todavía 18 encuentros por disputarse. O, lo que es lo mismo, 54 puntos en juego. Pero conforme pasan las semanas, el tiempo corre en contra de un Pontevedra que está mucho peor ahora que hace siete, 14 o 21 días. Porque ha sido incapaz de sacar punto alguno ante iguales, ha gastado la bala del cambio de entrenador, cuenta con varios futbolistas con problemas, ve cómo sus rivales crecen, tiene por delante un calendario inmediato terrible y ante la Balona tocó fondo.

El peor partido del curso

Sin paliativos. El de La Línea de la Concepción fue el peor encuentro de la temporada por parte del Pontevedra. Ahí ahí con el de León (2-0), cuando el equipo granate tocó fondo e inició un leve resurgir gracias a su -afortunado- triunfo ante el San Fernando. Frente a la Balona Linense, el PCF encajó la peor derrota de los dos últimos años. Desde Coruxo (3-0), en diciembre del 2020, no perdía por tres.

Frente al Linense, un equipo que únicamente había convertido 16 dianas, el Pontevedra acabó concediendo tres goles. La tormenta se desencadenó a raíz del 1-0, sí. Pero no se puede obviar que el equipo ya ofreció síntomas negativos antes. Solo en la primera parte, el conjunto gaditano ya chutó 10 veces. Cacharrón y el larguero provocaron que el primer tanto se hiciese esperar. Pero el triunfo local se olía. Y más ante la incapacidad de generar por parte del cuadro granate, que únicamente firmó seis remates. El primero, en el minuto 62.

La bala del entrenador

En las crisis, la cabeza del entrenador suele ser la primera en rodar. Así ha sido también esta vez, tras dos encuentros en los que el equipo no había ofrecido tan malos síntomas como resultados. Imperó la ley del fútbol, aunque el cese llegó a mitad de semana para desencadenar una tormenta de inestabilidad. Jueves sin entrenador y viernes con Toni Otero, director deportivo, como nuevo técnico.

Sin fichajes a la vista, Bastos sigue de baja indefinida y los problemas musculares asoman en Abelenda y Borja

Ni tiempo para preparar el partido, ni una cara nueva para abrir renovar el aire en el vestuario. La bala del cambio de entrenador ya está gastada y en su primer disparo, no dio en el blanco. Eso sí, posteriormente sí disparó a los jugadores apelando a su actitud para tratar de provocar una reacción en una plantilla que él considera óptima para competir.

Sin caras nuevas

Precisamente porque el vigués piensa que el plantel que pudo confeccionar debe dar más, no están previstos fichajes de jugadores sénior. A ello se le suma el hecho de que la economía del club no es la más boyante de la categoría, como es obvio. Ambas circunstancias conducen a la certeza de que el PCF no dará bajas, salvo novedades inesperadas. Y, por lo tanto, solo podrán llegar jugadores sub-23.

De este modo, el fichaje de Derik Osede es el único con el que el Pontevedra ha tratado de dar un giro radical a su situación. El central, que entrenaba con la entidad desde el verano, contó para Antonio Fernández cuando este apostó por línea de tres centrales. Pero en su primer partido, Otero regresó a la defensa de cuatro y el madrileño fue el sacrificado.

Bajas e 'infrautilizados'

A la ausencia de novedades se le suma la lista de bajas. A día de hoy, tan solo parece evidente la de Bastos, que sigue sin fecha de regreso tras sufrir un esguince de tobillo a finales de noviembre. A la importante ausencia de un lateral ofensivo, con capacidad para jugar por las dos bandas y nivel atrás, se le pueden sumar las de Brais Abelenda y Borja Domínguez, que el domingo pidieron el cambio por problemas musculares.

Castilla, Celta B, Cultural y Racing. Así será el próximo mes de competición para un PCF que solo jugará ante rivales de arriba

Más allá de calibrar estas ausencias, Toni Otero dejó inéditos tanto a Alberto Rubio como a Oier Calvillo, los dos futbolistas más habituales en banda derecha. Abelenda fue la primera opción y Jaichenco, la segunda. Pero el del filial no respondió y Otero acabó sustituyéndolo por Martín Diz. También Rufo, titular en las últimas semanas, fue la tercera opción en la punta de ataque.

Todos suman

Mientras el Pontevedra es incapaz de sacar resultados en la que es su peor dinámica del curso, el resto de rivales van sacando puntos y poniendo distancia. El Talavera, que inició la competición más tarde, ya está por delante del Pontevedra después de acumular nueve encuentros sin perder. El Ceuta, último, ya está a siete puntos después de vencer a la Cultu (2-1), incluso después de estar pendiente del choque de Copa ante el Barça.

El Algeciras, con dos puntos de los últimos 12, el Mérida (cero de nueve), el Linares (tres de 15) o el Sanse (uno de 18) son los equipos que están en peor racha. Pero todos están relativamente distanciados de un PCF que tiene la permanencia a cuatro puntos, pero ya ve cómo el resto de rivales está a seis o más puntos.

Un calendario terrible

Tras jugar de manera consecutiva ante cuatro rivales directos (Algeciras, Badajoz, Unionistas y Linense), el Pontevedra afronta ahora un próximo mes de competición marcado por cruces contra equipos de arriba. Este domingo recibe al Castilla. Febrero arranca con la visita al Celta B. Luego, vendrá a Pasarón la Cultural y posteriormente el PCF tendrá que jugar en A Malata. Un calendario muy duro que sirve para redondear el círculo de pesisismo en torno al futuro de un Pontevedra sumido en una gran crisis.

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