El Pontevedra, el Celta y las trayectorias convergentes

La autovía que une Pontevedra con Vigo adquiere, en el mundo del fútbol, una densidad de tráfico todavía mayor a la real. Porque los trasvases entre el conjunto pontevedrés y el céltico son muy habituales. Sobre todo en dirección hacia el norte, ya que A Madroa ha solido ser un caladero importante para el PCF en los últimos lustros.

Después de un año sin enfrentarse, Pontevedra y Celta B vuelven a medirse (sábado, 19.00 horas) en uno de los duelos que, por desgracia para los granates, ya se ha vuelto demasiado tradicional. El conjunto lerezano lleva más de 17 años sin enfrentarse en partido oficial al primer equipo ‘celtiña’ y se contenta con tratar de superar a su filial, mientras sueña con acercarse de nuevo a la élite y, por ende, al Celta de Vigo.

Más allá de la lógica rivalidad entre ambas ciudades y, por ende, entre sus equipos, el encuentro que hoy vuelve a disponerse en el césped suele ser un partido muy especial para muchos de los integrantes de ambos equipos, pues las dos entidades suelen converger en muchas trayectorias deportivas. Esta campaña no será menos: hasta siete jugadores de ambas plantillas han formado parte de la escuadra rival.

Gana por absoluta mayoría el Pontevedra CF, como es habitual. Y es que en en el vestuario granate siete futbolistas saben lo que es llevar en el pecho el escudo que hoy tendrán como rival. Y además, cinco de ellos pasaron por las categorías inferiores del equipo vigués. Son los casos de Churre, David Soto, Samu Araújo, Yelko Pino y Borja Domínguez. Como curiosidad, todos ellos llegaron a debutar o rondaron muy cerca el debut oficial con el primer equipo celeste, aunque ninguno logró afianzarse de verdad en ese plantel. Ni siquiera en los años de Segunda División, que coincidieron con la gran mayoría de ellos en una edad óptima o cercana para dar el salto.

Sí jugó en el primer equipo Charles Dias. Curiosamente, el brasileño tomó el sentido contrario al habitual. Primero jugó seis temporadas de granate, luego dio el salto al fútbol profesional y tras afianzarse en Primera, fue captado por el Celta. Ahora, tras un paso intermedio por Eibar, está de vuelta y batiendo récords en Pasarón. Mientras, Martín Diz estuvo tres temporadas en la base del Celta antes de recalar en el Pontevedra siendo juvenil. De ahí al filial granate, por el que pasó antes de adquirir una ficha del primer plantel.

Pero que el PCF gane en cuanto a ex no significa que los del Celta B no sean trascendentes. El único que se vestirá de corto -salvo llamada del primer equipo- es Coke Carrillo. Su regreso, aunque de darse apunta al banco, sería especial. El meta de Poio se formó en el Pontevedra hasta edad cadete -aunque fue titular en División de Honor Juvenil-, cuando voló a La Masía para terminar de formarse en el Barça.

Ahora, tras un año a préstamo en el Celta, el club lo ha adquirido en propiedad en un verano en el que la entidad lerezana también trató de hacer valer su derecho de tanteo. Carrillo podría regresar, de este modo, a Pasarón, donde nunca llegó a jugar pese a que estuvo convocado en un encuentro de Copa Federación. 

En el banco visitante se estrenará un Claudio Giráldez que sí sabe lo que es jugar en el césped del estadio a orillas del Lérez. El porriñés fue jugador granate a finales de la primera década de los 2000 y ahora busca labrarse un futuro en los banquillos.