Una vez más, al conjunto granate se le atragantó un equipo que le defendió en bloque bajo. El Lealtad apostó por minimizar sus errores. No dio opción a los granates para presionar arriba, una de sus vías más prolíficas para generar peligro. Y la única vez que lo hizo, el PCF estuvo a punto de penalizarlo: en un robo de Adrián Cruz sobre Iriondo, Álex González chutó demasiado centrado en buena posición.
Más allá de esa ocasión y de otra del medio moañés a balón parado, el equipo locatario fue incapaz de generar peligro. Una máxima que se viene repitiendo ante este equipo de conjuntos encerrados y que defienden por acumulación, como sucedió ante el Zamora en el Ruta de la Plata, contra el Compostela en Pasarón o frente al Dépor en Riazor, por ejemplo. La circulación de la escuadra de Luisito fue demasiado lenta como para poder generar ventajas a los jugadores de banda, la principal vía de generación de peligro del bloque pontevedrés durante todo el curso. Y cada vez que el equipo lograba progresar por los carriles exteriores, la tupida defensa del Lealtad en el área hacía imposible cualquier tipo de remate a gol de un PCF que se quedó demasiado corto de ideas y de opciones.
En este escenario, el Pontevedra acabó con la sensación de haber perdido una nueva oportunidad. Como ante el Covadonga de golear y ante el Sporting B de sumar algo más. De haber sumado tres puntos contra el Lealtad, el conjunto de Luisito habría puesto tres puntos de por medio con sus inmediatos perseguidores. Es decir, seguiría manteniendo la distancia de un partido al Coruxo, al que le tiene empatado el goalaverage particular (en el general manda, pero el equipo vigués se ha acercado después de haber vencido 4-0 al Oviedo B). Y lo mismo sobre el propio Vetusta, al que tendrá que visitar el próximo domingo a las 18.00 horas en El Requexón. Será el partido que cierre la jornada y el primero de dos consecutivos en Oviedo, adonde el PCF tendrá que volver a desplazarse la semana siguiente para medirse al Covadonga.
Mientras, el hecho de no superar al Lealtad permite no descartar todavía al equipo de Villaviciosa. Y es que con 15 puntos todavía en juego, el PCF mantiene la diferencia de cinco sobre el bloque dirigido por Clemente Sánchez. Hubiesen sido ocho en caso de vencer. Asimismo, la victoria del Salamanca permite al conjunto salmantino acercarse también a cuatro puntos más goalaverage. Al ser el primer equipo que descendería a Tercera sí o sí, el cuadro de Pasarón sabe que son esos cuatro puntos los que a día de hoy maneja como renta sobre el abismo.
HISTÓRICOS EN APUROS. El Pontevedra no es el único histórico en apuros en este tramo final de competición. De hecho, la situación del equipo pontevedrés la firmarían otros bloques con una enorme tradición detrás, como el propio Salamanca –refundado–, el Barakaldo o el Recreativo de Huelva. El conjunto vasco tiene muy difícil su permanencia en Segunda RFEF después de ser incapaz de superar como local al desahuciado Haro Deportivo (2-2), en el Grupo 2. En dicho grupo, el Izarra también cayó 1-0 contra el Leioa. El Alavés B-Mutilvera y el Portugalete-Ejea no se han jugado todavía.
En el Grupo 3, la Peña y el Espanyol B siguen comandando, a pesar de no haber podido disputar el encuentro entre ellos. La victoria del Atzeneta de Albelda sobre el Hospitalet (0-1) le permite seguir soñando, mientras que el Olot perdió la oportunidad de salir a flote al caer contra el Orihuela (1-3).
En el Grupo 4, la situación del Recreativo de Huelva es dramática. El decano del fútbol nacional perdió 0-1 ante el líder Granada B y se hunde. Mientras, El Ejido sigue su escalada tras vencer a Las Palmas B.
Por último, el Socuéllamos sigue sumando en el Grupo 5 (empató 0-0 en casa del Getafe B) y ya es tercero como mínimo. Pendiente queda el Atleti B-Melilla, clave para no pasar apuros.