Pontevedra Club de Fútbol hasta la eternidad

Cholo recibiendo el galardón
photo_camera Cholo recibiendo el galardón

El Pontevedra envejece en barrica de plata. Hoy se cumplen 70 años de su nacimiento y los pioneros fueron recordados. Toda la gloria de la institución relució en un acto en el que destacaron miembros, dirigentes y deportistas de todas las etapas de la entidad.

Fue un continuo homenaje a los maravillosos años de un club que ha calado hondo en la ciudad, en Galicia, reconocido en España e incluso mencionado alén de los mares y las montañas.

Un club humilde, resultado de la fusión de los dos conjuntos que actuaban entonces en la capital, el Alfonso y el Eiriña, intentaba sobrevivir a los tiempos en una etapa compleja, en plena posguerra de penurias, hambres y enfermedades. Aquellas dos instituciones, una de corte monárquico y otra de vocación popular, arrimaron sus hombros para sobreponerse a la dolorosa situación económica que asediaba tanto a Pontevedra como a España (aquello sí era una crisis).

En el mismo lugar en el que se firmó el acta fundacional y se reunieron los protagonistas de la fusión (con José Soto Martínez y Fernando Ponte a la cabeza), los actuales dirigentes quisieron rememorar los grandes momentos de la entidad, entre aplausos, sonrisas, un baño de multitudes y alguna que otra lágrima de recuerdo para los que fueron importantes y lo están viendo desde lo alto.

El momento cumbre fue el homenaje al futbolista más representativo de la historia del Pontevedra, Eduardo Dapena Lis, Cholo. Su trayectoria es resumen y ejemplo de lo que fue su equipo. Fue el único que vivió los tres ascensos más sonados de la historia de la entidad: el primero a Segunda División, en León, y los dos a Primera División.

Cholo era en el campo como fuera de él, como se puede leer en su rostro, un héroe popular, el líder de la humildad, el trabajo y el esfuerzo. Solo eso le permitió ser tan grande, tan reconocido por el mundo del balompié y tan querido por todos sus compañeros. Cholo se hizo grande gota a gota. Él inventó el concepto de la presión en La Puentecilla, en León, cuando el PCF se jugaba el ascenso frente al Burgos. Era defensa, le dijeron que debía ser delantero y lo hizo con tal celo que más de 40 años después de aquello, todo el mundo lo recuerda como una de las claves de aquel hito.

32 años después

Cholo vivió durante una década y media vestido de granate. En diciembre de 1969 prescindieron de sus servicios de una manera un tanto oscura. Fue el principio del fin. Ayer, 32 años después de que los dirigentes pusiesen fin a sus servicios, el 'gran capitán' fue elevado a los altares, acompañado por algunos de sus grandes compañeros de varias generaciones, desde Guillermo y Tito Estévez, hasta Norat, Martín Esperanza, José Jorge, Odriozola, Ceresuela o Calleja. Fue el último de los mencionados quien subió con él al estrado para leer unas palabras de reconocimiento a su trayectoria.

Emocionado, Cholo leyó su discurso de agradecimiento al pontevedresismo, señal de gratitud y de corazón, porque probablemente tenga más que agradecer el club, como así ha hecho, aunque quizá tarde, que su icono.

Aquellos miembros de la dorada época del Hai que Roelo! lo rodearon y acompañaron, y no pudieron evitar emocionarse cuando la organización reconoció a Vallejo, otro de los grandes, fallecido hace unos cuatro años.

Después de hacerle entrega de una placa, el presidente del Pontevedra, Mauricio Rodríguez Boullosa se fundió en un sentido abrazo con él. El miembro del consejo de administración, José Dopico, redujo su mensaje a un conciso ''Gracias por tu ejemplo, Cholo''. Nunca tan pocas palabras y aparentemente tan sencillas y vacías encerraron tanta verdad y contenido.

La elección del director de orquesta no podría haber sido mejor. En medio del acto, Xabier Fortes aportó datos de gran relevancia, anécdotas con valor de categoría que recordaron momentos importantes y diseñaron sonrisas en las bocas de los presentes. Entre ellos, aquel partido entre las estrellas del pasado del Pontevedra Club de Fútbol y los miembros del Interviu, equipo de fútbol sala preponderante en España. Durante el desarrollo del encuentro, Cholo se atrevió a desafiar a uno de los reyes de las ondas con un caño antológico. José María García también sucumbió a los pies de aquel pequeño gran hombre.

El momento más internacional del capitán del Hai que Roelo!, recuerda Fortes, llegó cuando el equipo lerezano alcanzó el liderato de Primera División. En plena Guerra Fría, división internacional a ambos lados del Telón de Acero, el diario moscovita Pravda, vocal del régimen socialista soviético durante décadas, encabezó su portada con un guiño a los humildes, con el liderato del cuadro pontevedrés en una Liga de poderosos. Era su canto al proletariado. ''En una Liga burguesa, el líder es un equipo dirigido por un conductor de autobús''.

Aquel era y es Eduardo Dapena Lis, el escudo, la bandera y el corazón del Pontevedra Club de Fútbol, uno de los símbolos vivientes más importantes del deporte local y gallego y un auténtico ejemplo para todos los que lo rodearon y para las generaciones siguientes.


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