1-1. Un Pontevedra de más a menos

El Pontevedra sufrió el primer revés de la pretemporada ante el Ourense CF. Cedió en la tanda de penaltis en el tercer partido de preparación tras firmar una buena primera parte a nivel de juego, en la que consiguió adelantarse en el marcador de la mano de Brais Abelenda. El segundo acto fue otra historia, con un equipo lerezano plano tras los cambios y con muchos errores acumulados en defensa. Borja Domingo igualó cumplida la hora de encuentro y rompió la imbatibilidad del PCF. En la tanda de penaltis decidió la plástica parada de Dani Sampayo en el primer lanzamiento de Álex González. 

El primer periodo fue una prueba de continuidad de las líneas maestras de juego perfiladas desde el inicio de la pretemporada. Llevar la iniciativa a través de la posesión, la presión tras pérdida y la solidez defensiva son tres señas de las señas de identidad sobre las que construyó su propuesta el colectivo pontevedrés, que alternó entre los dos sistemas que vienen siendo habituales: 4-2-3-1 y el 4-4-2. 

En O Couto, feudo que se encuentra en la fase inicial de su necesaria reforma y que el primer equipo granate —este miércoles con equipación azul— no visitaba desde hace casi siete años, tuvo un duro test por la solida coraza del bloque pontino. Le costó encontrar espacios al PCF por el buen repliegue anfitrión, que mantiene una línea continuista tras lograr el ascenso a Segunda RFEF y acostumbra a ceder el peso de los partidos.

El conjunto entrenado por Antonio Fernández sufrió para encontrar espacios, pero se adelantó en una buena jugada de sus delanteros

Samu, pasado el cuarto de hora, fue el primero en probar suerte con un zurdazo desde fuera del área que se perdió cerca del palo. El flanco izquierdo, en el que se asociaron Alberto Rubio y Brais Abelenda, fue la vía de mayor peligro de un Pontevedra que pudo romper el empate en una incursión de Abelenda que terminó con un remate de Rufo bloqueado por Xian. 

La activación repentina del riego automático rompió la monotonía del estéril dominio visitante, que sí encontró premio cerca del intermedio. Fue en una transición, en una buena asociación de Oier Calvillo con Rufo. El ariete buscó un globo de espaldas para asistir la llegada en carrera de Brais Abelenda, que dibujó una vaselina sobre Marqueta. El palo evitó el tanto en primera instancia, pero el atacante dubrés, que fue baja ante el Villalonga, remachó a gol el rechace. 

LOS CAMBIOS NO SUMAN. Los cambios mudaron la cara del Pontevedra, que perdió el control en la medular y dejó de dominar la posesión. Estuvo cerca de empatar Amir en el reinicio con un zurdazo cruzado en el primer desajuste de una defensa visitante que sufrió mucho para correr a su espalda. 

El Pontevedra perdió su imbatibilidad de pretemporada a la hora de juego: encajó un gol y se mostró inseguro

La acumulación de esfuerzos en las filas locales restableció un cierto equilibrio en el que el cuadro lerezano ofrecía cada vez menos en fase ofensiva. Con Charles desconectado del resto del equipo y el juego por las bandas sin aportar soluciones, el conjunto que adiestra Antonio Fernández entró en una espiral de fallos que acabó castigando Borja Domingo en un pase al espacio de Rubén Sánchez con todo el equipo foráneo descolocado. 

Superada la hora del tercer choque, con Pablo Cacharrón bajo los palos, se rompió la imbatibilidad del Pontevedra, que siguió cometiendo errores y se aferró a los chispazos Álex González para generar peligro en el epílogo. Precisamente un fallo en el primer lanzamiento del jugador cántabro decidió la tanda de penaltis, en la que Cacharrón no pudo conceder una oportunidad para reengancharse y el Ourense CF no perdonó.