El Pontevedra perdió una gran oportunidad de dar un paso de gigante hacia su permanencia en Oviedo. Después de una primera parte muy plana, el cuadro granate despertó y tuvo ocasiones para llevarse el triunfo ante el Vetusta. Pero le faltó alguna ocasión más clara o concretar las múltiples llegadas de las que dispuso para firmar una victoria que, a los puntos, fue merecida.
La primera parte fue más simple que el mecanismo de un chupete. El Pontevedra apostó por minimizar riesgos con la pelota e intentar generar a partir del fútbol directo. Pero no lo logró. El choque discurrió entre continuas disputas. Pocas veces lograron los granates cazar segundos balones para proponer ya en campo contrario. Y cuando lo hizo, le sobró precipitación. Al menos el equipo de Luisito controlaba el partido y no sufría en defensa. Sin embargo, en una pérdida de Charles, el Oviedo Vetusta montó una contra peligrosa por la izquierda que dejó a Eloy delante de Cortés. El meta aguantó bien y tocó el balón para evitar que le driblase y rematase a gol. El esférico quedó suelto y la defensa se cerró sobre Cueto para evitar en segunda instancia el 1-0.
La del conjunto locatario fue la única gran ocasión en un primer tiempo romo, pero en el que el PCF no sufrió –salvo en ese susto– en defensa. Todo cambiaría en la segunda parte. Porque el cuadro pontevedrés dio un pase adelante. Sin necesitar de amasar la pelota, los pupilos de Luisito produjeron un constante goteo de llegadas que, sin ser clamorosas, sí fueron suficientes como para romper el marcador inicial. Pronto comenzó avisando el bloque de la Boa Vila, con un chut de Damià Sabater tras un córner que se fue desviado. Fue el primero del puñado de chuts que firmó en el segundo acto el bloque granate. Con constantes llegadas por las bandas, tan solo le faltó concretar. En un centro de Santi, el propio Sabater chutó contra la defensa tras no acertar Rufo de cabeza. Luego fue el propio delantero madrileño el que cabeceó fuera un gran envío de Álex González. No sería la última para el punta, que ganó un balón dividido, condujo y probó con la izquierda desde la frontal. Sarr atrapó con dificultades. En siete minutos, el PCF había generado prácticamente más que en la primera parte y los dos encuentros anteriores juntos.
Tras ese arreón, el duelo se calmó. Cortés evitó el 1-0 de Sandoval con una palomita y Luisito detectó que el equipo necesitaba cambios. Primero entró Borja Martínez por Cruz. Luego, un Pitu que dotó de profundidad también un sector derecho algo menos dañino. Así, con dos carriles productivos, el Pontevedra se preparó para su asalto definitivo. Y dispuso de ocasiones para conseguir el premio gordo. Primero el valenciano centró para que Álex rematase fuera de cabeza, en posición franca. Luego fue el cántabro el que le devolvió el caramelo. Casi en línea de gol, Pedro Inglés evitó el tanto de Pitu. Fue la última de un PCF muy superior en el segundo tiempo, pero al que su insistencia no se vio recompensada con el acierto final para llevarse un triunfo decisivo para la permanencia.
