Pontevedra presume de Mundial

Es imposible caminar por la Boa Vila sin empaparse del buen ambiente que parece haber conquistado a la ciudad durante la celebración del Multisport. Es tal su magnitud que cuesta encontrar una esquina en la que no se hable de este evento que, lejos de tener una repercusión meramente deportiva, está funcionando como el mejor escaparate imaginable.

Acompañados por unas circunstancias climatológicas favorables, los pontevedreses y pontevedresas están demostrando su gran experiencia como anfitriones echándose a la calle para animar a los cientos de deportistas nacionales y extranjeros que participan en la competición. Bien como protagonistas directos de este espectáculo deportivo, bien como espectadores de excepción, los ciudadanos cumplen a la perfección su papel disfrutando de un evento para el cual Pontevedra está hecha a medida.

Y es que, con la hospitalidad e implicación por bandera -prueba de ello son los 500 voluntarios que hacen posible el evento-, Pontevedra no solo mantiene la buena reputación como sede de grandes citas deportivas (el Campeonato Europeo de 2011 y el Mundial de Duatlón de 2014), sino que proyecta sobre las mismas su experiencia y buen hacer, aspectos a los que aludió en los últimos días el director de operaciones de la ITU, Thanos Nikopoulos, cuando aseguró que la Boa Vila no solo marcará un punto de inflexión, sino que sentará unas nuevas bases organizativas.

Con todo, basta con intercambiar impresiones con los cientos de ciudadanos extranjeros que visitan Pontevedra arrastrados por la participación de familiares y amigos en alguna de las pruebas, para confirmar su alta valoración de la calidad humana y urbana de la ciudad.

MARCO INCOMPARABLE. Lejos de sufrir la ausencia de grandes estadios o infraestructuras, la configuración urbanística de la ciudad del Lérez se alza como el escenario ideal para acoger un evento como el Multisport, pues el modelo urbano de la Boa Vila -muy ligado a la tradición pontevedresa de hacer vida en la calle- no solo favorece enormemente el desarrollo de estas disciplinas deportivas, sino que es garantía de éxito.

Y es que, la Praza da Leña, el entorno del Museo, la Praza da Ferraría, los Jardines de San Francisco, la Praza da Peregrina, la Rúa dos Soportais o la Praza de Curros Enríquez, entre otros escenarios emblemáticos, configuran la mejor carta de presentación de una ciudad entregada por completo al evento. Así, tanto en la faceta deportiva como en la lúdica, en la que el TriFest pone la guinda cada jornada con un cartel musical para todos los gustos, los pontevedreses y pontevedresas viven un Mundial que pasará a la historia.